Línea editorial: "Irreverente Boris Johnson"

Los británicos son grandes maestros en hacer un arte de la irreverencia en contraste con una sociedad que venera sus gloriosas tradiciones imperiales. Lo que nadie esperaba es ver esa irreverencia convertida en programa de gobierno, y nada menos que de la mano de un partido que se dice conservador. Pero todo tiene un límite. Importantes líderes tories, incluyendo los ex primeros ministros Theresa May y John Mayor, han mostrado su perplejidad tras el reconocimiento por parte del gabinete de Boris Johnson de que incumplirá una importante cláusula del Brexit firmada con la UE sobre las relaciones comerciales en Irlanda del Norte. Aunque finalmente se trate de un ardid negociador, el daño a la reputación británica es enorme.

La Unión Europea no necesita ya más señales para saber que debe prepararse para un Brexit duro el 31 de diciembre, fin del período transitorio. Pero más allá de eso, Europa debe buscar su lugar en el mundo después de que las dos grandes potencias anglosajonas, inexplicablemente, parecen desertar de Occidente. Si se trata de locura transitoria o el punk ha llegado para quedarse en la Casa Blanca y Downing Street, solo el tiempo lo dirá.