El pasado 25 de noviembre William celebró su 15 cumpleaños. El 4 de diciembre era asesinado. De nuevo, los Trinitarios y los Dont Dont Play, dos bandas juveniles, han desplegado su violencia en las calles del madrileño barrio de Villaverde. En este 2022 han fallecido siete jóvenes, tres de ellos menores, a consecuencia de las luchas descarnadas que mantienen estas bandas.

La pertenencia de jóvenes a las bandas latinas crece de forma desmesurada. En Madrid existe un plan especial que cuenta con 514 agentes de la policía. Su despliegue ha permitido aumentar el número de detenciones durante el 2022 y también la incautación de armas y estupefacientes. Se trata de un grave problema que pone en riesgo la convivencia ciudadana y la seguridad. Así lo pone de manifiesto el Observatorio de Bandas Latinas en la Comunidad de Madrid que, a través de una encuesta elaborada por Gad3 en 263 centros educativos, confirma la proliferación de estas bandas, sus vínculos con la prostitución y la violencia sexual, así como con el tráfico de drogas y de armas.

Perseguir el delito y reprimirlo es la tarea fundamental de la policía, que no puede ni debe ser minusvalorada. Sin embargo, hace falta algo más. ¿Qué lleva a adolescentes y jóvenes a buscar en la violencia de estas bandas una seña de identidad? Conocer los factores de riesgo relacionados con el entorno familiar, el absentismo escolar, la falta de expectativas o el consumo de sustancias tóxicas es importante para la prevención. Evitar que las bandas recluten adeptos es otra cara de la moneda de una estrategia que, por el bien de todos, debe ser necesariamente eficaz.