Los Obispos de Venezuela han alzado la voz para denunciar que, en medio de una pandemia que azota al mundo entero, su país vive, además de una profunda y severa crisis sanitaria, las nefastas consecuencias de un régimen político y de un sistema económico comunista que favorece el enriquecimiento de una minoría poderosa a costa del empobrecimiento de la inmensa mayoría del pueblo venezolano.

El "mal llamado" Plan de la Patria es un modelo tiránico que ha hecho de la persecución al disidente y de la represión de los derechos humanos su santo y seña, dicen los obispos. Los Informes de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, así como el Informe de la Fiscalía de la Corte Penal del Tribunal de La Haya describen con exactitud cuál es el clima de represión que azota Venezuela.

Por todo ello los obispos claman por un cambio de rumbo, y para eso se necesita que el Gobierno reconozca el derecho de los venezolanos a expresarse en libertad mediante la convocatoria de unas elecciones verdaderamente democráticas.

Se trata del bien del pueblo, se trata de poner fin al sufrimiento de los venezolanos, así como de reconocer su derecho a aportar soluciones a los graves problemas alimentarios, educativos y sanitarios que aquejan gravemente al país. El chavismo es un fracaso que solo se sostiene mediante el uso de la fuerza. Y los venezolanos tienen derecho a reconstruir la unidad nacional y a hacerlo en libertad.