Coincidiendo con la festividad de san Joaquín y santa Ana se celebra hoy la primera Jornada Mundial de los Abuelos, instituida por el Papa Francisco. Durante su pontificado los mensajes de Francisco han tenido siempre muy en cuenta a los abuelos, víctimas en tantas ocasiones de la que el Papa llama la “cultura del descarte”, que deja al borde del camino a los más vulnerables.

Gracias, entre otros, al amor de los abuelos nos hemos convertido en adultos. No podemos permitirnos ahora una sociedad en la que todos somos una multitud anónima y en la que somos incapaces de levantar la mirada y reconocernos. Los abuelos, que han alimentado nuestra vida, hoy tienen hambre de nosotros, de nuestra atención, de nuestra ternura, de sentirnos cerca.

Como han subrayado los obispos españoles en su Mensaje para esta Jornada, las personas mayores han de ser tenidas muy en cuenta en la vida de la Iglesia. La llamada a la santidad también es para ellos, porque los abuelos también tienen una misión de evangelización, de anuncio y de guía de los jóvenes a la fe. El diálogo intergeneracional nos enriquece y es responsabilidad de todos propiciarlo, y cuidar el gran legado que los abuelos nos transmiten con sus historias llenas de verdadera sabiduría.