El Presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Ricardo Blázquez, ha dado testimonio en El Espejo de su experiencia en el encuentro sobre la protección de los menores en la Iglesia, que a su juicio ha sido providencial y ha permitido analizar de manera profunda la herida que los abusos han supuesto en la Iglesia, y también la lacra social, de dimensiones globales, que afecta a la sociedad entera.

Se trata de un drama que remite, como subrayó el Papa, a la raíz del misterio del Mal, sin que ello suponga en ningún caso desentenderse del contexto y de otras muchas dimensiones que entran en juego. Los abusos han sido un atropello gravísimo de inocentes y la Iglesia quiere estar, de forma inequívoca, al lado de las víctimas. El propio Cardenal Blázquez ha reconocido que algunos testimonios de las víctimas, escuchados en el encuentro, le han llevado a las lágrimas, y ha proclamado: “¡nunca más un silencio cómplice, nunca más sucumbir a la tentación del encubrimiento!”.

La Iglesia es la única institución internacional que ha realizado un gesto como este para afrontar el drama de los abusos, pero para algunos, todo lo sucedido en Roma sería demasiado poco. A estos, el cardenal Blázquez les invitar a leer, sin prejuicios, el impresionante Discurso del Papa, en el que hace un detallado examen de conciencia, se invita a denunciar ante la Justicia este tipo de crímenes, se apuntan una serie de protocolos para la prevención de los abusos y se interpela también a los gobernantes, porque un problema de este tipo nos concierne a todos y todos juntos debemos colaborar en su erradicación.