El Papa Francisco ha decidido establecer el ministerio del catequista, un servicio de enorme relevancia dentro de la misión, que el Papa desea valorar adecuadamente como un verdadero y genuino ministerio de la Iglesia. En espera de los detalles que se darán a conocer la próxima semana, este nuevo ministerio subraya que la catequesis no es una iniciativa individual, basada en la genialidad o el arrojo personal, sino una forma de servicio que se realiza en la comunidad cristiana, que ahora se verá explícitamente reconocida y valorada.

La catequesis no se ciñe a la preparación para recibir los sacramentos, es una necesidad para toda la vida del cristiano. En un contexto social caracterizado por el alejamiento de las grandes certezas de la fe, las comunidades cristianas necesitan disponer de catequistas que vivan su tarea como vocación, bien formados en la fe e injertados en la Iglesia. Al anunciar esta iniciativa del Papa, la Santa Sede subraya que el nuevo ministerio “es un servicio para ser vivido con intensidad de fe y en una dimensión comunitaria”. Es el tiempo, comentaba el Papa tiempo atrás, de comunidades misioneras, libres y desinteresadas, que no buscan relevancia ni provecho, sino que recorren los caminos de la gente de nuestro tiempo, inclinándose hacia los marginados. Por eso la catequesis debe ser siempre un anuncio que llegue a tocar el corazón y la mente de tantas personas que esperan encontrarse con Cristo, a veces aun sin saberlo.