XX aniversario del llamado matrimonio igualitario

Desde este pasado lunes en que se celebró un acto en el Museo del Traje de Madrid, con la presencia de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, el Gobierno ha diseñado una intensa campaña propagandística para celebrar el XX aniversario de la aprobación en España de la ley que permitía contraer matrimonio a las personas del mismo sexo, calificado como “matrimonio igualitario”. Esta legislación fue jaleada como puntera y el gobierno la presenta como baluarte de las denominadas “políticas de progreso”. Veinte años más tarde, ha contribuido a conformar una mentalidad social que asume como evidencias cosas que no lo son, dentro de un clima de espiral de silencio frente a cualquiera que ose discrepar.

Es necesario distinguir entre los derechos que se generan a través de la convivencia prolongada entre personas, sin distinción de sexo, y el matrimonio que, en su articulación antropológica e histórica, se configura como la unión entre un hombre y una mujer con vocación de permanencia, abierta a la generación de vida y volcada en la educación de los hijos. Esta forma singular de unión está en la base de la construcción social. Las culturas que se han sucedido a lo largo de la historia han acogido variadas concepciones jurídicas y morales del matrimonio, pero ninguna de ellas ha puesto en duda su carácter único y su función singular, que merece un claro sostén político y legislativo que ahora, en numerosos países, se ha disuelto. Rechazamos cualquier forma de discriminación basada en la orientación sexual, lo cual es perfectamente compatible con afirmar el valor distintivo y esencial del matrimonio entre un hombre y una mujer.