Nuevo capítulo en el caso Mar-a-Lago. Después de la redada que realizó el FBI el pasado martes 9 de agosto en la mansión de Florida del expresidente estadounidense, Donald Trump, se ha conocido quién fue el que dio la orden y por qué. Merrick Garland, fiscal general del Departamento de Justicia (DOJ) fue quien aprobó la intervención de los servicios de investigaciones para encontrar 15 cajas que contenían documentos clasificados y secretos de Estado. Unas cajas que Trump retuvo en los últimos meses de su legislatura y que no devolvió en el plazo estipulado. Además, solo lo devolvió cuando se encontró en un momento en el que el propio FBI podía incautárselos.

Merrick Garland aseguró el pasado jueves 11 de agosto en una comparecencia de prensa que aprobó “personalmente” esta orden debido a las pruebas ofrecidas por el FBI. Una rueda de prensa que estuvo convocada por un “interés público sustancial”, en la que Garland desea que se publique sobre el motivo de esta redada. Una intervención en la que el FBI ha tenido una cierta preocupación por encontrar entre los documentos clasificados extraídos por Trump papeles que estuviesen relacionados con armamento nuclear. Al menos así lo ha informado The Washington Post en su edición de este viernes.

El diario estadounidense, en base a numerosas fuentes de expertos en material clasificado, afirma que existió una enorme preocupación entre los agentes de la investigación por encontrar indicios de que diversos documentos con armas nucleares habían desaparecido. Dichas fuentes explican que, de ser así, el Gobierno de los Estados Unidospodría enfrentarse a una situación complicada, ya que podrían “caer en las manos equivocadas”. Ahora, lo que se intenta conocer es si esos documentos pertenecen a Estados Unidos o fueron recuperados de otros países. Garland también ha afirmado que "se proporcionaron copias, tanto de la orden judicial como del recibo de propiedad del FBI, el día del registro al abogado del expresidente, que estuvo en el lugar durante el registro".