El levantamiento del uso obligatorio de la mascarilla en espacios interiores (salvo excepciones), hace que España haya dado un paso más para convertir la covid-19 en una enfermedad estacional tal y como ocurre con la gripe.

Dos años después hemos aprendido, aparentemente, a convivir con el virus pero siempre estamos con la mirada puesta en las nuevas variantes, que ya han demostrado que pueden alterar de nuevo el sistema sanitario. Tras superar la sexta ola, en la que la variante ómicron ha sido la gran protagonista, preocupa a todos los expertos la nueva variante XE del coronavirus.

Se descubrió por primera vez el 19 de enero en Reino Unido y ya se ha detectado en varios países del globo como Japón, Brasil, India e incluso España. Aquí en nuestro país, el Ministerio de Sanidad ha notificado ya los primeros casos de esta nueva mutación del virus. Por el momento, según la información actualizada esta misma semana, ya se han notificado algo menos del 2% de secuencias correspondientes a la variante XE, que se trata de una mezcla entre la BA.1 y la BA.2. La primera de ellas, la variante original de ómicron, y la segunda la ómicron 'sigilosa', más contagiosa incluso que la anterior.

Si bien es cierto que los expertos están trabajando en conocer más detalles sobre la variante XE, la realidad es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha lanzado un aviso: parece ser que es hasta un 10% más contagiosa que los anteriores. En cualquier caso, aún es pronto para saber si realmente es más transmisible, cómo de efectivas son las vacunas frente a la misma o si es más letal que las variantes que ya conocemos hasta ahora.

Los síntomas de la nueva variante XE de coronavirus

Lo cierto es que al tratarse de una nueva variante de covid-19, eso sí, perteneciente a la rama de ómicron, según la Agencia de la Seguridad Sanitaria del Reino Unido, tiene síntomas similares a los que estábamos habituados.

Según un informe de la agencia de salud británica, no ha demostrado un comportamiento distinto al de ómicron. Por lo tanto, los síntomas serán fiebre, malestar general, cansancio, mucosidad, dolor de cabeza y tos.

Estos síntomas, al igual que sucede con la variante ómicron, suelen durar de dos a cinco días y la efectividad de las vacunas frente a la variante XE debería ser elevada. En cualquier caso, todo esto no son más que conclusiones preliminares, pues todavía se trata de una mutación nueva y será necesario seguir estudiándola para conocer hasta qué punto puede afectar (o no) a la población general. En cualquier caso, el informe de la agencia británica descarta que, de momento, la variante XE sea motivo para crear una situación de alarma ya que la mutación se encuentra dentro de los parámetros normales.