Las investiduras de Murcia y Madrid han fracasado, pero ninguno de los tres partidos implicados en este vodevil quieren tirar la toalla. Es más, en las últimas horas, todos han mostrado en mayor o menor medida su optimismo para poder llegar a un acuerdo, aunque, visto lo visto, nadie se atreve a poner fecha alguna al desbloqueo. En toda negociación hay mucho de dramatismo, como decía una de las partes, y ahora hay que buscar un relato que pueda ser cómodo para PP, Cs y Vox.

En la formación de Abascal se han movido en este tiempo: han pasado de pedir sillones a decir que quieren estar en la oposición, pero advierten que todo el mundo tendrá que ceder. Iván Espinosa de los Monteros pedía, por ejemplo, “un acuerdo de contenidos”. Y ya se verá luego como se escenifica eso. Serán, promete, “flexibles y sencillos”.

Desde Ciudadanos apuntan, eso sí, que hay poco margen para la negociación, que el acuerdo ya está firmado con el PP, y que Vox tendrá que abandonar su posición de bloqueo, sobre todo porque ya ha admitido que comparte el contenido de esos pactos. Los de Rivera están dispuestos a que Vox llegue a acuerdos con los populares, siempre y cuando no choquen con lo que ellos ya han firmado.

Mientras tanto, los populares siguen tirando, apuntan, de paciencia y optimismo a partes iguales, evitando en todo lo posible, criticar a cualquiera de sus dos potenciales socios. Y ayuda, dicen, la buena relación que Pablo Casado mantiene con Santiago Abascal. Pero, si todo fracasa, dicen las partes, habrá que ir a elecciones. Y que sean los murcianos y madrileños los que juzguen lo que ha hecho cada uno, aunque, de momento, nadie quiere arriesgarse a volver a tirar los dados.