La advertencia de los taxistas que secundan la huelga en Madrid de que no se moverían de la Plaza de la Puerta del Sol hasta que el Gobierno de la Comunidad, con sede allí, les reciba, ha quedado en puro humo.

A esta hora, el emblemático enclave de la capital presenta la misma imagen de cualquier otra madrugada de viernes, con algún que otro joven que lo cruza volviendo de alguno de los locales de fiesta de la zona, los servicios de limpieza trabajando.

Las principales asociaciones del taxis e Madrid anunciaron en la tarde de este jueves un nuevo paquete de propuestas a la Comunidad de Madrid que ya no contemplarán el elemento clave que ha provocado la salida de Cabify y Uber en Barcelona: la precontratación de una hora para los vehículos VTC.

En esa propuesta, el sector del taxi abre la puerta a que sea el Ayuntamiento de Madrid el que establezca esas condiciones con la esperanza de reanudar las negociaciones con la Comunidad de Madrid para regular la actividad de estos vehículos, tras doce días de huelga.

"Se lo vamos a poner fácil. Quitamos el tiempo y quitamos la distancia. Que la ponga él. Nosotros presentamos una propuesta sin líneas rojas", ha afirmado Julio Sanz, presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid.

Como vienen haciendo diariamente desde el lunes, los taxistas se han concentrado ante la sede del Gobierno regional en la Puerta del Sol, y desde entonces permanecen en la plaza, donde han instalado alguna tienda de campaña, hasta que la Comunidad de Madrid les reciba.

Inicialmente, reclamaban que un usuario tuviera que pedir un VTC con seis horas de antelación, que después rebajaron hasta una hora, pero incluyeron también una distancia mínima de 5 kilómetros entre el usuario y el conductor.

El sector elimina ahora esas condiciones en su cuarta propuesta y abre la puerta a que sea el Ayuntamiento de Madrid el que regule estas cuestiones de tiempo y distancia con una ordenanza que "no pueda ser tumbada", según el presidente de la Asociación Gremial del Taxi de Madrid, Miguel Ángel Leal, que ha augurado que las empresas que operan las licencias de este tipo de vehículos, como Uber y Cabify, "denunciarán".

Renuncian a su máxima reivindicación y lo dejan "al arbitrio" del Ayuntamiento, aunque sí definen en el documento la captación de clientes y el regreso a base de estos vehículos tras dejar a un usuario.

Con este nuevo texto esperan que la Comunidad no siga en su "cerrazón" y en su "prepotencia", ha remarcado Leal, para que pueda solucionarse el conflicto.