El tándem PP y Cs vive una perenne calma tensa. Cuando parecía que los gobiernos de coalición de ambas formaciones se habían estabilizado tras la tempestad provocada por la moción de censura en ciernes de PSOE y Cs contra el presidente murciano, el popular Fernando López Miras, la brecha se ha vuelto a abrir.

Este martes, los siete concejales del PP en el Ayuntamiento de Granadaanunciaban su salida del gobierno local, que conforman hasta ahora junto a Cs, tras la negativa del actual alcalde de la formación naranja, Luis Salvador, de dimitir para favorecer la alternancia en la alcaldía lo que resta de mandato tal y como habían solicitado los populares.

El presidente del PP de Granada, Francisco Rodríguez recordaba que en las últimas elecciones, fueron elegidos 14 concejales de centroderecha (7 de PP, 4 de Cs y 3 de Vox) y 13 de la izquierda (10 de PSOE y 3 de Podemos-IU) y que, dado que su entonces candidato -Sebastián Pérez- no reunió los suficientes votos, se acordó que fuera alcalde Luis Salvador.

No parece que este último desencuentro vaya a tener una lectura en clave regional, donde también cogobiernan PP y Cs. El mismo Rodríguez ha dejado claro que Andalucía es un escenario distintos y que la situación de la ciudad de Granada -la mayor ciudad de España con alcalde de Ciudadanos- "es especial".

MOCIONES EN MURCIA

El cenit de la tensión tuvo lugar el pasado mes de marzo cuando Cs y PSOE en Murcia presentaban una moción de censura para sacar a Fernando López Miras de la presidencia de la Comunidad. Sin embargo el voto de tres tránsfugas de Cs y los cuatro del Grupo Parlamentario VOX daban al traste con una pretensión que finalmente quedó en agua de borrajas.

En el mismo paquete de mociones de Murcia entraba también la del Ayuntamiento de Murcia, contra el alcalde popular José Ballesta que a diferencia de la de la comunidad, salió adelante por un solo voto, gracias al apoyo de los nueve concejales del PSOE, los cuatro ediles de Ciudadanos y los dos de Podemos-Equo.

Desde entonces el concejal socialista, José Antonio Serrano, es nuevo alcalde hasta el final de legislatura en 2023.

EFECTO REBOTE EN MADRID

Pero el terremoto de Murcia terminó provocando un tsunami que alcanzó a otras comunidades, entre ellas Madrid donde el efecto rebote hizo saltar por los aires el gobierno de coalicion Ayuso-Aguado que ya estaba tocado desde hacía tiempo.

A pocas horas de conocerse la moción murciana la presidenta madrileña, temiéndose una situación pareja en la capital, disolvía de urgencia la Asamblea de Madrid y convocaba unas elecciones anticipadas, que serían fijadas para el 8 de mayo. En ellas Ayuso arrasaba con 65 escaños, más del doble que en 2019, quedándose solo a un paso de los 69 que daban la mayoría absoluta.

Además estas elecciones supusieron la muerte política de Cs en la Comunidad al quedarse sin representación en la Asamblea.

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La ola de la moción murciana también alcanzó al gobierno PP-Cs de Castilla y Léon y puso a prueba su solidez, si bien ambos partidos cerraban filas y pedían al PSOE abandonar cualquier esperanza de moción en la comunidad.