Es de justicia reconocerlo. Si algo ha demostrado la Fiscalía en este tiempo del Procés es firmeza e independencia. Desde el minuto uno, desde que se presentaron las querellas. Firmeza en su decisión de acusar por delito de rebelión, con claridad, y con firmeza en su independencia en relación al Gobierno. Tres Fiscales Generales en un año, el fallecido José Manuel Maza, Julián Sánchez Melgar y María José Segarra, y ningún cambio de criterio . Siendo jueces dos de ellos siempre defendieron la indepedencia del Ministerio Público.

Los cuatro fiscales del Procés en el Supremo, Fidel Cadena, Consuelo Madrigal, Javier Zaragoza y Jaime Moreno, actuaron unidos y con firmeza, sin tener en cuenta ni al Gobierno, ni al cambio de Gobierno, ni al cambio de criterio al cambiar el Gobierno. Argucias políticas, opiniones contradictorias y electoralistas, en las que da igual decir una cosa y mañana la contraria si hay que contentar a algún partido para que apoye lo que haga falta en el Parlamento. Pero eso es Política y aquí se trata de Justicia. También actuaron con firmeza desde la Audiencia Nacional los fiscales Miguel Ángel Carballo y Pedro Rubira. La juez Carmen Lamela, ahora en el Supremo, procesó al ex Mayor de los Mossos d'Esquadra, José Luis Trapero, y a la antigua cúpula policial catalana por sedición, pero la Fiscalía no entendía que los mismos hechos fueran calificados de distinta manera.

Lo que ya es distinto es lo de la Abogacía del Estado. Depende del Ministerio de Justicia, depende del Gobierno, y lo que representa son los intereses de la Administración General. Hasta el mes de agosto mantuvo el delito de rebelión, pero ahora, tras los vaivenes de Pedro Sánchez de si fue rebelión o no, se ha decantado por la sedición. Considera que no hubo la violencia necesaria para calificar el delito como rebelión. Y pide la mitad de años de cárcel para Oriol Junqueras que la Fiscalía.

La Fiscalía comienza su escrito de forma rotunda: “ los acusados dirigieron, promovieron y participaron activamente en la ejecución de una estrategia perfectamente planificada, concertada y organizada para fracturar el orden constitucional con el finde conseguir la independencia de Cataluña, en forma de República, segregándola así del Reino de España”. Un plan que eludía la aplicación de la legalidad constitucional y estatutaria, y contemplaba la utilización de todos los medios posibles para alcanzar su objetivo, incluida la violencia para asegurar el resultado criminal pretendido. Y se sirvieron de fuerza intimidatoria. Al pasado pertenecen los tiempos en los que la Abogacía del Estado se adhería a la petición fiscal. Ahora toca otro tiempo.