La detención hoy conocida se produjo durante la madrugada del pasado lunes, 15 de abril, en la confluencia de las calles Sorribas y Santa Lucía. En ese punto dieron el alto a los dos hombres quienes presuntamente acababan de intentar entrar a robar en un bar de la calle Santa Lucía forzando la verja metálica.

Todo comenzó gracias a la colaboración ciudadana y el inmediato aviso a la policía tras escuchar fuertes ruidos metálicos, sobre las 04.25 horas del lunes 15.

Una inmediata inspección del lugar efectuada por ambas dotaciones policiales permitió comprobar que la persiana del negocio afectado se encontraba forzada y fuera de sus guías, al tiempo que había un hueco suficiente para la intrusión de una persona.

Los indicios no quedaron ahí, pues muy cerca del lugar se recuperó una maza, una palanqueta y se localizó la bicicleta utilizada por uno de los detenidos para desplazarse hasta el lugar de los hechos.

Durante el cacheo superficial de ambos, a uno se le intervino una navaja, mientras que el otro portaba una linterna, instrumento habitualmente utilizado por los ladrones en el interior de los inmuebles objeto de sus acciones.

Destaca la singular violencia verbal que mostraron ambos, ya que durante el traslado hasta las dependencias de la Policía Nacional profirieron amenazas de muerte a los agentes que les acababan de arrestar.

Estas dos personas son sobradamente conocidas por los cuerpos policiales de la ciudad debido a su grave y reincidente conducta delictiva.

Y es que cuentan con 28 y 21 detenciones policiales previas, con variados antecedentes policiales tales como detención ilegal, lesiones, daños, amenazas, hurto, robos con fuerza y con violencia, estafa, delito contra la seguridad del tráfico, malos tratos en el ámbito familiar o quebrantamientos de condena, entre otros.

Además, les constan innumerables requisitorias judiciales, consecuencia de no acudir a las citaciones de los órganos de la Administración de Justicia cuando son requeridos.