Nada tiene que ver el paisaje y las calles de las grandes ciudades y pueblos de nuestro país con el de hace exactamente dos años. Y es que con lo acontecido el 17 de agosto del 2017 en Barcelona, las medidas de seguridad se multiplicaron para evitar que se cometieran atentados similares. 

Nadie se sorprende ya cuando ve maceteros de grandes dimensiones, bolardos o incluso bloques de hormigón en las entradas de las principales arterias de muchas localidades. Fue de las primeras decisiones que se llevaron a cabo para que no se permitiera el acceso de vehículos pesados y de gran tonelaje.  

Además de estos elementos disuasorios también se han reforzado la plantillas policiales. Agentes incluso con armas largas que protegen cada una de las esquinas de nuestras ciudades y que se centran sobre todo en infraestructuras críticas como aeropuertos o estaciones de tren. 

Precisamente este año y con la llegada del verano, Interior ha decidido reforzar sus plantillas. Serán 22.700 policías nacionales y 22.000 guardias civiles los agentes que se sumen a los cuerpos policiales de nueve comunidades autónomas. Un aumento de la vigilancia que se está desarrollando en varios puntos estratégicos para el turismo como estaciones, puertos, hoteles, playas y campings. 

Aún así la seguridad total no existe, muestra de ello son las 21 detenciones realizadas en lo que llevamos de año por yihadismo en España. Sin embargo estas medidas sí ayudan para poder prevenir un atentado similar al que se dio hace escasamente dos años. Hay que recordar que desde el 2015 nuestro país continua en nivel 4 de alerta antiterrorista.

CRONOLOGÍA 

Fin de semana del 11 al 13 de agosto: viaje a París

Younes Abouyaaqoub y Omar Hichami viajaron hasta la capital francesa en un coche Audi A3, vehículo que fue usado en el atentado de Cambrils. Durante este fin de semana, los terroristas se dedicaron a realizar fotografías en los alrededores de la Torre Eiffel. Su principal objetivo era estudiar las colas y los controles de acceso para ejecutar, en un futuro, un atentado en la capital Gala. 

Mientras ellos se encontraban en París, Driss Oukabir, hermano de Moussa Oukabir, llegaba al aeropuerto de Barcelona procedente de Marruecos. Con la documentación de Driss se alquiló la furgoneta con la que se atentó en Las Ramblas.

Lunes 14 y martes 15 de agosto: Comienza la fabricación de los explosivos

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Tras su regreso de París, comienzan la fabricación de los explosivos en la urbanización Montecarlo de Alcanar Platja (Tarragona) de aproximadamente 200 kilos de explosivos “madre de Satán”. 15 días antes, diversos miembros compraron 500 litros de acetona, un elemento fundamental para elaborar este tipo de explosivo. Mientras preparaban el atentado del 17-A, la célula terrorista realizaba investigaciones para ejecutar futuros ataques. Entre los principales objetivos se encontraban el Camp Nou y la Sagrada Familia.

También tenían informaciónes sobre los horarios de discotecas situadas en Barcelona y en diversos puntos de la Costa Brava. En los últimos días, La Razón y Antena 3 han publicado diversas imágenes de los días previos en el chalet de Alcanar. En estos vídeos y fotografías se pueden ver a los teoristas haciendo símbolos de victoria y rellenando las cápsulas de explosivos que iban a colocar en los cinturones mientras lanzaban frases amenazantes.

Miércoles 16 de agosto: Explosión de Alcanar

Por la mañana, varios terroristas se personaron en la oficina de Telefurgo de la localidad de Sabadell buscando un camión de 38 metros cúbicos de capacidad para convertirlo  en camión-bomba. Ninguno tiene los permisos necesarios para alquilar un camión de este tamaño, por ello deciden adquirir una furgoneta Fiat Talento, vehículo que apareció abandonado en la localidad de Vic. Driss Oukabir volvió a alquilar otro vehículo, de las mismas características, para convertirlo en otro coche-bomba. Esta segunda furgoneta fue la que se usó para atentar contras Las Ramblas. Mientras, la fabricación del explosivo “madre de Satán” continuó durante todo el día en el chalet de Alcanar, hasta que a las 23:15 de la noche el explosivo estalló. Fallecieron dos personas, el imán, Es Satty y Youssef Aalla.

Jueves 17 de agosto: Atentado en Las Ramblas

Mientras se realizaba el desescombro de la casa de Alcanar sin sospecha alguna. A las 16:50, Abouyaaqoub conducía la Fiat Talento que estrelló contra la multitud en el paseo de Las Ramblas. El recorrido que realizó fue de aproximadamente 700 metros desde Plaza de Cataluña hasta el Mercado de la Boquería, durante este trayecto mató a 13 personas y dejó 131 heridos. El balance total de víctimas mortales ascendió a 14 después del fallecimiento de uno de los heridos.

El terrorista dejó abandonada la furgoneta y huyó hasta la zona universitaria. Allí aborda a Pau Pérez Villán, que estaba estacionado con su coche. Abouyaaqoub le apuñaló en el pecho y le dejó malherido en el coche. Mientras Abouyaaqoub huía de Barcelona, otra parte de la célula se activaba en Tarragona para “improvisar” otro atentado. El objetivo era realizar atropellos y apuñalamientos. Sobre las 21:30 de la noche, los terroristas adquieren cuatro cuchillos y un hacha en un comercio de Cambrils. A última hora de la noche, el Daesh asumió el atentando con un comunicado un poco contradictorio.  

Madrugada del viernes 18 de agosto: atentado en Cambrils

Sobre las 1:15 de la madrugada la policía abate a tres terroristas que atropellaron a seis personas, una de ellas falleció, cerca del paseo marítimo de Cambrils.

Fin de semana del 19 y 20 de agosto: primeros datos de la investigación

Los Mossos descubrieron que todo el grupo se adoctrinó en Ripoll. Los investigadores encuentraron la masía de Riudecayes, situada en Tarragona, donde los terroristas se reunieron el 16 de agosto, momentos antes de la explosión de Alcanar, para destruir todos los documentos. Este acto junto a la ingesta de alcohol forman parte de un ritual ligado con la inmolación.

 Lunes 21 de agosto: muerte de Abouyaaqoub

Tras intentar robar un coche a primera hora de la mañana, el autor material del atropello en Las Ramblas decidió huir a pie por la N-340. El terrorista intentó entrar en una masía de Subirats, pero no lo consiguió. Fue una vecina la que, alertada por los movimientos del individuo, avisó a los Mossos, que le dispararon sin ninguna contemplación al ver que llevaba un cinturón con explosivos. El hombre, que había ejecutado el segundo ataque terrorista más importante de nuestro país, falleció a 30 kilómetros de Sant Just Desvern, último sitio donde se le perdió la pista.