El pueblo de Segovia a 45 minutos de Madrid con pisos a 85.000 euros: de urbanización abandonada a reclamo de funcionarios
Bernuy de Porreros revivió gracias a las ventas de la Sareb y ahora es la localidad preferida por muchos trabajadores madrileños para invertir por la cercanía del tren

Niños plantando árboles en Bernuy de Porreros
Publicado el
3 min lectura
Durante años, Bernuy de Porreros, un pequeño municipio situado a menos de 10 kilómetros de Segovia capital y a unos 45 minutos de Madrid en tren, fue el símbolo de un urbanismo fracasado. Como tantas otras localidades marcadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008, acumulaba chalets vacíos, urbanizaciones a medio hacer y una sensación de estancamiento. Sin embargo, el tiempo, la presión del mercado y una oportunidad inesperada han transformado por completo su destino: hoy es una opción real de inversión para cientos de madrileños, especialmente funcionarios, que buscan vivir mejor sin pagar los precios desorbitados de la capital.
De pueblo olvidado a zona en auge
Lo que parecía un caso más de promoción abandonada se ha convertido, de forma inesperada, en un motor demográfico y económico. El detonante: las ventas masivas de viviendas de la Sareb, el conocido “banco malo” que acumuló activos tóxicos de las entidades rescatadas. Pisos que en su día superaban los 100.000 euros hoy pueden comprarse por 85.000 euros, como un ático con garaje incluido en Idealista, o incluso más económicos. Y lo mejor: están a escasos minutos en coche de la estación de tren de Segovia, desde donde el AVE conecta con Madrid en solo 28 minutos y que cuesta 48 euros por 30 viajes.
Este fenómeno no es exclusivo de Bernuy. Casos similares, como el de Seseña o Valdeluz, muestran cómo el crecimiento descontrolado de Madrid está empujando a miles de personas a buscar alternativas más asequibles. Sin embargo, Bernuy de Porreros cuenta con una ventaja clave: la combinación de una alta calidad de vida, precios competitivos y la cercanía tanto a Segovia como a la capital.

Un mural de Bernúy de Porreros
Son muchos los funcionarios que se trasladan a Bernuy desde Madrid y son el reflejo de esta nueva realidad. Como ellos, decenas de nuevos vecinos están revitalizando una localidad que ya ha triplicado su población en lo que va de siglo XXI.
Tren, teletrabajo y vivienda asequible
El Ayuntamiento, consciente del boom, ha comenzado a adaptar sus planes urbanísticos. Se está acelerando la construcción de nuevas viviendas y que el polígono industrial Los Hitales, actualmente en fase de urbanización, y será un polo de atracción laboral para los próximos años. Su finalización está prevista para 2026 y promete reforzar aún más el atractivo de Bernuy.
Mientras tanto, portales inmobiliarios como Idealista muestran una oferta dinámica: desde apartamentos modernos por 88.500 euros hasta áticos con terraza por 103.000 euros, todos ellos con garaje incluido y características que los convierten en una opción deseable tanto para vivir como para invertir.
El auge de Bernuy no ha estado exento de polémica. Las viviendas que ahora se venden a precios muy por debajo de mercado forman parte de la deuda de la Sareb, que el Estado absorbió parcialmente y que, según estimaciones, podría costar a los contribuyentes hasta 35.000 millones de euros. Un dato que no escapa a la controversia, pero que no ha frenado la creciente demanda.

Paisaje de Bernúy de Porreros en un día de nieve
Lo que ayer fue una urbanización fantasma, hoy es una segunda oportunidad. Una localidad tranquila, bien comunicada, con servicios básicos y acceso a una de las infraestructuras ferroviarias más potentes de Europa. Si el crecimiento sigue su curso y el plan de vivienda regional logra acompasarse al ritmo de la demanda, Bernuy de Porreros puede dejar de ser una excepción para convertirse en la norma de un nuevo modelo residencial.
Y es que, mientras Madrid sigue tensionada por la falta de suelo y la escalada de precios, estos pequeños municipios son, cada vez más, la última esperanza para quienes aún sueñan con una casa propia y una vida tranquila.