El precio de la luz rompe este jueves la racha alcista, baja un 3%, pero el coste medio del megavatio hora sigue siendo elevado, queda hoy en los 87 euros, el tercer precio más alto en lo que llevamos de 2021, según el operador del mercado ibérico, después de los casi 95 euros de media del pasado viernes y los casi 90 euros de media de ayer miércoles. Estas cifras están lejos de lo que venía siendo habitual antes de la pandemia, con una media horaria de entre 40 y 50 euros, y muy lejos de los 20 euros el megavatio hora que se ha llegado a pagar desde el inicio de la pandemia debido al menor consumo por la caída de la actividad.

Así, en lo que llevamos de año, la electricidad se ha encarecido un 30%. ¿A quién afecta? Pues a todos aquellos que estén sujetos a la tarifa regulada, unos 11 millones de usuarios, entre ellos, los que están acogidos al bono social por estar en situación de vulnerabilidad. ¿Cuánto les va a subir la factura? Pues la Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, calcula que entre unos 4 y 10 euros en función de cómo evolucione la climatología, pero lo que nos dicen desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) es, que, de momento, no se pueden hacer cálculos porque estamos en una ola de frío sin precedentes que, lógicamente, ha trastocado el comportamiento del consumidor.

¿Por qué sube el precio de la luz?

Primero por la demanda. Las temperaturas gélidas están obligando a tirar de calefacción y a quedarnos en casa teletrabajando. Y, por otro lado, la falta de energías renovables, porque no hace sol ni sopla el viento, obliga a las eléctricas a tirar de gas y carbón. No hay que olvidar, como nos recuerdan desde la CNMC, que España es importadora de gas natural, principalmente de Argelia, y por tanto está sujeta a los vaivenes internacionales. Ahora está habiendo una alta demanda en todo el mundo, especialmente en el mercado asiático lo que eleva los precios.

¿Puede hacer algo el gobierno para frenar estas subidas de la luz?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el consumo solo supone un 35% de lo que pagamos en la factura. El resto se corresponde con el pago de peajes, un 40%, con los que se sufraga los costes del sistema (renovables, transporte, distribución...) y el otro 25% corresponde a impuestos como el IVA que está al 21%. De momento el gobierno rechaza la rebaja a un tipo reducido o superreducido del IVA porque asegura que no estaría en línea con lo que marcha Bruselas, pero lo cierto es que Portugal lo recortó en diciembre.

También ha rechazado llevar a cabo la nacionalización de las empresas energéticas como exige su socio de gobierno Unidas Podemos. Lo que sí está previsto para este año es la creación de un fondo que permita eliminar los costes fijos de las renovables que se pagan en la factura abaratando la factura un 13% en 5 años. Esos costes serían asumidos por los comercializadores de luz, gas y productos petrolíferos en función de sus ventas de energía, aunque está por ver si no termina repercutiendo en el consumidor por otra vía.