La Bolsa se ha permitido hoy el gran lujo de convivir sin grandes problemas con un desesperanzador dato de inflación en España. El IPC adelantado de diciembre ha dejado al aire una vez más las enormes tensiones inflacionistas que afectan a las economías occidentales. Y lo que te rondaré, morena. La tasa de inflación se ha disparado hasta el 6,7 por ciento. Se esperaba un dato malo, pero no tanto. Se han dejado notar el incesante encarecimiento en los precios de la energía y los alimentos, la mayor actividad del consumo privado y los coletazos del estrangulamiento en la cadena mundial de suministros.

En todas partes cuecen habas. En el conjunto de la zona euro los precios se mueven en el 5,2 por ciento y en el 6,8 en Estados Unidos. La próxima semana se conocerá una nueva referencia de inflación en la UE. No se espera nada bueno. Algunos miembros del Banco Central Europeo esperan ver el tasa por encima del objetivo del 2 por ciento durante todo el año que viene e incluso algo más allá, a pesar de que pronostican una disminución gradual tras alcanzar máximos en un par de meses. Yahay voces en el seno del BCE que barajan una primera subida del precio del dinero a la vuelta de un año. No mucho más. En Estados Unidos se esperan tres en 2022, con la primera de ellas ya en primavera.

El índice Ibex 35 ha cerrado la última sesión del año en 8.713 puntos, con alza de un 0,46 por ciento en el día, del 1,8 en la semana, de todo un 5 por ciento en el mes de diciembre y del 8 por ciento en el conjunto del ejercicio.

En la pancarta de meta de este año la Bolsa española se queda con el dudoso galardón de ser el patito feo de los mercados europeos. La Bolsa de París ha subido un 29 por ciento. La de Londres y la de Francfort se han revalorizado un 15 por ciento. El Ibex 35 ha sido el farolillo rojo. Este año ha llegado a tocar en junio los 9.300 puntos, pero cierra lejos de ese nivel. Ha sido un año muy decepcionante para al Bolsa española, teniendo en cuenta cómo han ido las cosas en las plazas vecinas.

Podría haber sido mejor, pero los grandes valores no han tenido mal año. Telefónica roza los cuatro euros por acción, cuando hace doce meses se movía por debajo de tres. El Banco Santander ha puesto proa a los 3 euros por título. Iberdrola consolida los 10, mientras BBVA se mantiene sobre los cinco. Inditex se ha movido este año entre 24 y 32 euros. cierra a medio camino entre uno y otro extremos. Los peores valores del Ibex este año han sido Simemens Gamesa y Grifols.

En Estados Unidos, el índice Dow Jones de valores industriales de Wall Street ha sumado un 19 por ciento. El Nasdaq de empresas tecnológicas ha mejorado un 22 por ciento y un 27 por ciento se ha revalorizado el S&P 500. Todos ellos han marcado numerosos máximos históricos en los últimos meses. De hecho, ponen broche al ejercicio en o muy cerca de sus récord. Hoy en el mercado ha gustado el dato de peticiones de subsidios por desempleo que se ha publicado en EEUU. Tan solo 198.000, que son menos de las que esperaban los analistas. En los demás mercados destaca el pequeño paso atrás en el precio del petróleo. El del Mar del Norte se negocia a algo menos de 80 dólares. Lo último que se sabe es que China ha reducido sus importaciones previstas de crudo para el año 22.

Por el contrario, Estados Unidos ha confirmado que su demanda doméstica de petróleo se ha mantenido firme, pese a los efectos de la variante ómicron del coronavirus. El cuatro de enero está prevista una nueva “cumbre” de la OPEP+. Estados Unidos sigue presionando a los países exportadores de crudo para que aumenten su producción a un ritmo más intenso. La OPEP y sus aliados, en especial Rusia, acordaron hace un mes aumentar su bombeo en 400.000 barriles diarios a partir del próximo lunes, dentro de su estrategia de incrementar sus exportaciones progresivamente a lo largo del año.