La decisión de la administración Trump de retrasar hasta finales de año la imposición de algunos aranceles a productos chinos con el fin de reactivar las conversaciones comerciales ha ejercido hoy de bálsamo en los mercados internacionales, taponando la sangría de ventas de las últimas semanas. 

Los aranceles a artículos como los teléfonos móviles, los ordenadores portátiles, las consolas de videojuegos y el calzado serán pospuestos hasta el 15 de diciembre. Medida que ha permitido a los inversores aparcar a un lado los recientes males geopolíticos del mercado –tensiones en Hong Kong o las elecciones en Argentina- para volver a tomar posiciones de forma muy prudente y selectiva.  

El Ibex 35 ha reaccionado con un alza del 0,22 por ciento, por debajo del resto de bolsas europeas, para quedar en los 8.695 puntos. Y es que entre los inversores sigue existiendo resquemor ante la volatilidad en las decisiones de Trump en su particular guerra arancelaria con China y los próximos pasos de la Reserva Federal ahora que la inflación empieza a crecer de nuevo a buen ritmo.  

En el ambiente bursátil también sigue pesando la preocupante debilidad de Alemania. El índice de clima empresarial ZEW publicado hoy muestra unas escasas expectativas de crecimiento del país en los próximos seis meses al caer en agosto por encima de lo esperado, hasta, -44,1 puntos. 

Bancos y siderúrgicas, los valores más castigados en estos días, han sido hoy los grandes protagonistas de la sesión. Arcelor Mittal ha liderado la lista de ganancias con un alza del 5,3 por ciento y algo más atrás se ha situado Acerinox con un avance del 1,25 por ciento.  

Entre los bancos ha destacado la subida del 1,8 por ciento de BBVA y del 1,3 de Banco Sabadell y Bankia, mientras el Santander se ha apuntado una mejora del 1,15 por ciento.  

En los demás mercados, el cambio del euro continúa sin grandes movimientos en torno a 1,12 dólares. Algo más agitado se ha mostrado el precio del petróleo. El barril de Brent ha recuperado el nivel de los 61 dólares. Los operadores confían en que un acuerdo comercial pueda dejar de ejercer presión sobre la demanda.