Los precios del alquiler no se detienen en España. En lo que llevamos de año se han incrementado casi un 16%. Y ya no son solo Madrid y Barcelona las ciudades que convierten el alquiler en casi una utopía, sobre todo para la gente joven que busca emanciparse. Ahora, en la mayor parte de España podemos encontrar precios desorbitados.

A día de hoy pagar el alquiler en casi el 90% de las ciudades españolas ya supone destinar más de la mitad del Salario Mínimo Interprofesional. Y en dos de cada 10 cobrarlo ni siquiera llega para pagar el alquiler. El principal motivo es que la demanda de los pisos de alquiler ha resurgido tan rápido que el mercado no está siendo capaz de absorberla. Sobre todo, porque no hay oferta. “Actualmente hay un considerable desequilibrio entre oferta y demanda. Los inquilinos representan un 80% de participación, y los propietarios solo un 16%”, explica María Matos, directora de estudios de Fotocasa. Otro de los motivos es la presión turística y el alquiler por habitaciones, dos formas de arrendar que escapan de la Ley de Vivienda.

En abril de 2023 España alcanzó el precio máximo, y aunque en junio se hayan moderado 2 puntos porcentuales, el metro cuadrado cuesta 11,34 euros, un 5% más que hace un año. Así un piso de 80 metros cuadrados cuesta 907 euros mensuales de media. Precios insostenibles que escapan de nuestra capacidad adquisitiva.

Los organismos de control oficiales recomiendan destinar aproximadamente el 30% de los ingresos al pago de la vivienda para poder vivir desahogado y hacer frente al resto de gastos del mes. Una persona que cobre el Salario Mínimo Interprofesional (1080 euros brutos mensuales) solo se podría permitir alquilar una casa de 29 metros cuadrados. “Estamos un 25% de las cifras que tuvimos durante la burbuja inmobiliaria del 2007”, cuenta Matos.

¿Hasta dónde van a llegar los precios?

Aunque el incremento del precio del alquiler se ha ralentizado, vamos a seguir viendo subidas de hasta un 7%, llegando a tocar incluso otro máximo histórico. Para poder poner fin a esta situación, lo ideal sería ampliar el parque de vivienda. Pero como no es una solución inmediata, los expertos recomiendan mejorar la seguridad jurídica del sector e incentivar con menores impuestos a los propietarios. Así como crear un pacto de estado por la vivienda en el que intervengan todos los agentes del sector.