El Fondo Monetario Internacional ha actualizado sus previsiones económicas mundiales y de nuevo trae malas noticias para España. Recorta la estimación de crecimiento del PIB para 2020 y 2021. En ambos casos la deja en el 1,6%, dos y una décima inferior respectivamente a lo que proyectaba en octubre. El Gobierno de Pedro Sánchez calcula un alza del 1,8% en cada uno de los dos ejercicios. Es decir, es más optimista.

El informe que acaba de presentar el organismo en la localidad suiza de Davos, con motivo del Foro Económico Mundial, justifica la rebaja en “las secuelas de una desaceleración más marcada de lo previsto de la demanda interna y de las exportaciones en 2019”. La revisión que hace para España este año es la mayor entre los grandes del euro -no hay cambios para Francia e Italia y recorta una décima el PIB alemán-. Con todo nuestro país seguirá creciendo más que ellos y que el conjunto de la zona (1,3% en 2020 y 1,4% en 2021).

¿TENUE ESTABILIZACIÓN O LENTA RECUPERACIÓN?

El FMI calcula que el crecimiento mundial, que fue del 2,9% en 2019, aumentará este año al 3,3% y al 3,4% en 2021. Supone una revisión a la baja de una décima este año y dos el próximo, según el último informe de Perspectivas. Se debe principalmente a resultados inesperados negativos de la actividad económica en algunos países emergentes, en especial en la India.

La institución que dirige Kristalina Georgieva habló en su último informe de una “desaceleración sincronizada” en el 90% de la economía mundial debido en gran parte a la paralización del comercio. Ahora no se muestra tan pesimista. Señala que desde el cuarto trimestre se observa que los riesgos para la economía mundial están menos sesgados a la baja por las noticias favorables que llegan de las negociaciones entre Estados Unidos y China o los menores temores a un Brexit sin acuerdo. Aún así apunta que “los datos macroeconómicos mundiales no arrojan todavía señales visibles de que se esté llegando a puntos de inflexión”. Alerta de un “rápido deterioro” de la actividad si se agudizan las tensiones geopolíticas, particularmente entre EEUU e Irán, si empeoran las relaciones entre Trump y sus socios comerciales o aumenta el malestar social.

Para afianzar la actividad económica y prevenir los riesgos a la baja, el FMI “ve indispensable lograr una cooperación multilateral más sólida y una combinación más equilibrada de la política a nivel de los países, teniendo en cuenta el espacio monetario y fiscal disponibles”. Señala que los objetivos principales siguen siendo “desarrollar la resiliencia financiera, afianzar el crecimiento potencial y fomentar la inclusividad”. Es necesaria una cooperación transfronteriza más estrecha en diversos ámbitos, para subsanar los problemas con el sistema comercial basado en reglas, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y apuntalar la arquitectura tributaria internacional.