España va a sufrir una de las mayores recesiones de toda su historia. Además, la crisis económica generada por el coronavirus va a ser aún más dura que en el resto de capitales europeas. La Comisión calcula una caída del crecimiento del 9,4 por ciento, dos décimas más que lo estimado por el Gobierno de España. Además, la recuperación no va a ser en forma de “V” ya que el crecimiento en 2021 será del 7 por ciento, es decir, no se recuperará todo el terreno perdido.

El destrozo que está generando el coronavirus no tiene precedentes si se tiene en cuenta que según Ejecutivo Comunitario el crecimiento del PIB en España iba a alcanzar el 1,6 por ciento este invierno, es decir, una de las economías que más crecería de toda la Unión Europea.

Las medidas económicas, inevitables muchas de ellas, van a disparar la deuda pública según las previsiones de invierno presentadas por la Comisión. La deuda española subirá 20 puntos y alcanzará el 116 por ciento del PIB. Algo similar va a ocurrir con el déficit público que se va a disparar hasta el 10,1 por ciento. Una situación catastrófica que es fruto de la falta de ingresos por un lado y del gasto sanitario, en pensiones y en mantener el empleo a través de Expediente de Regulación de Empleo Temporales (ERTES).

EMPLEO

El desempleo es una de las consecuencias dramáticas de la crisis del Coronavirus, sobre todo entre los trabajadores temporales. La Comisión Europea prevé que este 2019 la tasa de desempleo se dispare hasta 18,9 por ciento. Esto va a suponer que España en 2021 tenga el 17 por ciento de la población estará en paro.

La Comisión Europea recuerda en sus previsiones de primavera que los Expedientes de Regulación de Empleo Temporales limitaran las pérdidas de empleo, no obstante, no van a servir para frenar la fuerte caída del empleo. Insiste el Ejecutivo Comunitario que la recuperación en el empleo será lenta, sobre todo en aquellos sectores en los que se mantengan las restricciones.

Una fotografía general de la situación deja como resultado que la economía de la eurozona va retroceder hasta un 7,7 por ciento en 2020.