Cambios en la reducción de la jornada laboral: la entrada en vigor, en vilo por la negociación de Yolanda Díaz

Después de que el Consejo de Ministros diera luz verde al proyecto de ley, su aprobación en el Congreso está en el aire después de que no todos acepten las 37,5 horas a la semana

José Manuel Nieto

Publicado el - Actualizado

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La reducción de la jornada laboral en España, uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno de coalición, está a punto de dar un paso crucial en su camino hacia la implementación. Tras la luz verde otorgada por el Consejo de Ministros al proyecto de ley que establece la jornada laboral máxima en 37,5 horas semanales sin merma salarial, la incertidumbre persiste. Aunque la medida cuenta con el respaldo de sindicatos mayoritarios como CCOO y UGT, su aprobación definitiva en el Congreso está en el aire debido a las diferencias de opinión entre los actores políticos y económicos.

El debate sobre esta reforma laboral, que afectará a unos 12 millones de trabajadores, está lejos de estar resuelto. A pesar de la aprobación inicial, el apoyo necesario para su entrada en vigor aún no está asegurado. Como destaca Maribel Sánchez, "las cuentas no cuadran", lo que ha llevado a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a buscar el respaldo de formaciones políticas que, en principio, no parecen estar tan comprometidas con la medida.

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Trabajadores de oficina tomándose un descanso

Uno de los principales focos de conflicto es la oposición de los empresarios catalanes a la propuesta de reducir la jornada laboral a 37,5 horas. Aunque la reforma tiene el apoyo de partidos como Esquerra Republicana, Bildu y PNV, los empresarios de Cataluña, entre otros, se muestran escépticos, argumentando que la medida puede afectar negativamente a la flexibilidad empresarial y, en consecuencia, a la productividad. La ministra Díaz intenta así "sacar partido" a sus relaciones con el exiliado Carles Puigdemont, en un intento por ganar el apoyo de Junts, cuyo voto es crucial para el futuro de la reforma.

Los empresarios y la flexibilidad  

Por otro lado, el Partido Popular (PP) también se muestra reticente a una jornada laboral fija de 37,5 horas. Los populares defienden una regulación más flexible, que permita adaptarse a las circunstancias de cada empresa y que facilite la conciliación de la vida laboral con la familiar. Este enfoque es especialmente relevante para el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, que temen que la reforma imponga cargas excesivas, en particular las que requieren una gran flexibilidad horaria.

Además, como resalta Sánchez, "tampoco cuenta con el apoyo expreso de la parte socialista del gobierno", lo que ha generado tensiones internas, con el propio ministro Carlos Cuerpo manifestando públicamente su desacuerdo con la medida. De hecho, su postura se vio reflejada en las críticas que recibió, incluso siendo calificado de "mala persona" por algunos detractores, una acusación que subraya las divisiones dentro del ejecutivo.

El proyecto de ley debe pasar ahora por el Congreso de los Diputados, donde el debate se reanudará. En este punto, la reforma deberá sortear los obstáculos que suponen tanto la resistencia de los empresarios como las posturas divergentes dentro del propio gobierno. El objetivo de Díaz, sin embargo, es consolidar la reducción de la jornada laboral como un derecho estructural que beneficie a todos los sectores, tal y como subraya la ministra en diversas intervenciones. Si se cumplen los plazos, la reforma podría ver la luz a finales de este año, con los convenios colectivos adaptándose hasta el 31 de diciembre.

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El mercado laboral demanda trabajadores en los sectores en auge

Con esta reforma, España seguiría los pasos de países como Francia o Bélgica, que ya han implementado medidas similares para mejorar el equilibrio entre trabajo y vida privada y promover la salud mental de los trabajadores. Además, uno de los aspectos más innovadores de la reforma es la creación de un registro horario digital, que obligará a las empresas a registrar las horas trabajadas en tiempo real y de manera verificable. Esto se ha diseñado con el fin de evitar fraudes laborales y garantizar el cumplimiento de la nueva normativa.

Este cambio en el marco laboral no solo responde a las demandas de los sindicatos, sino que también se ajusta a las recomendaciones de la Comisión Europea sobre el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. En un momento en que el teletrabajo ha difuminado las fronteras entre el tiempo personal y profesional, la reforma propone un blindaje al tiempo libre de los trabajadores, con la protección del derecho irrenunciable a la desconexión digital.

Un debate en evolución

La propuesta de reducción de la jornada laboral continúa siendo un tema de discusión en el ámbito político y social. Con la presión sindical en aumento, Yolanda Díaz sigue luchando por consolidar su medida estrella, mientras las empresas y ciertos sectores del gobierno intentan ajustar la reforma a las realidades del mercado laboral español. En este contexto, el futuro de la reforma dependerá de la habilidad de los negociadores para encontrar un punto de equilibrio que satisfaga tanto las necesidades de los trabajadores como las de los empresarios.

Este debate se enmarca en un contexto más amplio de transformación del mercado laboral en España, en el que la flexibilidad y la conciliación familiar se han convertido en prioridades para los trabajadores y sus representantes. A medida que se acerque la fecha de su aprobación, los detalles de la reforma podrían cambiar, pero lo cierto es que este será un tema central en el futuro inmediato de la política laboral española.