El índice Ibex 35 cierra el jueves en 9.694 puntos, con una ganancia del 0,98 por ciento. Alcanza su nivel más alto de todo este año y acumula ya una revalorización cercana al 18 por ciento en lo que va de ejercicio. Hoy han subido las acciones de muchas de las empresas que han publicado resultados, como Telefónica, Repsol, ACS, Unicaja, Indra, Cellnex o Banco Sabadell. Pero han bajado otras cuyas cuentas no han gustado al mercado. Entre ellas Laboratorios Rovi o Grifols.

Los inversores han dado por buenas las numerosas referencias macro del día. El Banco Central Europeo no ha dado sorpresas y ha elevado el dinero en un cuarto de punto, hasta el 4,25 por ciento. La presidenta de la entidad, Christine Lagarde, no se “ha mojado” y ha dejado abiertas todas las posibilidades de cara al próximo consejo del BCE, previsto para el 14 de septiembre. Lagarde ha mostrado su férreo compromiso con el control de la inflación, pero sin perder de vista los peligros de un excesivo enfriamiento de la actividad económica.

De momento, lo que está claro es que un precio del dinero más alto encarecerá los préstamos hipotecarios y los créditos al consumo. Se dejará notar en el mercado inmobiliario. Además, los tipos más altos encarecen la financiación de las empresas. La actividad económica se resentirá. El lado bueno es que aumenta la rentabilidad de los depósitos y de los activos de renta fija, tanto pública como privada. Buena noticia para los ahorradores, y mala por tanto para las familias endeudadas, sobre todo para que tienen que hacer frente a una hipoteca a tipo variable.

La lucha contra la inflación y el enfriamiento de la actividad económica condicionarán las próximas decisiones del BCE. Lo último que se sabe es que el IPC de junio en la zona euro se ha moderado del 6 al 5,5 por ciento en su tasa general. Ha encadenado una serie de ocho meses consecutivos con descensos y se sitúa en su nivel más bajo o menos alto desde el comienzo de la guerra en Ucrania. En octubre del año pasado la inflación marcó en la zona euro su máximo, por encima del 10,5 por ciento.

Mientras tanto, la inflación subyacente (que no contabiliza ni energía ni alimentos frescos) ha repuntado dos décimas en Europa el mes pasado, hasta el 5,5 por ciento. Es una décima peor de lo que se preveía. Esta es la referencia que más tiene en cuenta el Banco Central Europeo.

Ayer la Reserva Federal se ciñó al guion previsto por los mercados y subió un cuarto de punto el precio del dinero. Lo dejó en la banda que va del 5,25 al 5,50 por ciento. El presidente de este organismo, Jerome Powell, también dejó abierta la puerta a una nueva subida de otro cuartillo en septiembre si la situación económica así lo aconseja. Esta tarde se ha conocido que el PIB ha crecido en Estados Unidos a un ritmo del 2,4 por ciento en el segundo trimestre, frente al 1,8 que esperaba el mercado. Una agradable sorpresa, pero que puede condicionar futuros movimientos del banco central estadounidense. Las peticiones de bienes duraderos han aumentado un 4,7 por ciento en junio y las solicitudes semanales de subsidios por desempleo han alcanzado las 221.000. La balanza comercial estadounidense ha dado un déficit de 87.840 millones de dólares en el último mes, que es un dato algo mejor de lo que se esperaba. La Bolsa de Nueva York sube con fuerza esta tarde. El índice Dow Jones de valores industriales va camino de cerrar su decimotercera mejora consecutiva.