En enero de 2013 -hace ahora seis años- Mali estaba al borde del precipicio. Una coalición de grupos yihadistas y separatistas controlaban el norte del país, y amenazaba con hacerse con el control del resto del territorio maliense aprovechando la debilidad del ejército. Una operación militar de Francia -aún en marcha- logró frenar a los yihadistas y expulsarles de los territorios que habían conquistado. Esa operación -primero llamada Serval y luego rebautizada Barkhane- cuenta con el apoyo logístico de España, que -al mismo tiempo- participa en EUTM Mali, una misión de la Unión Europea para adiestrar a los soldados malienses.

El coronel Fernando Soteras, jefe del contingente español en Mali, explica que la situación de seguridad en esta nación africana “ha mejorado poco a poco, aunque hay un montón de equilibrios que siguen muy débiles”. “La amenaza yihadista en el norte va haciéndose notar en el centro del país, hay un enfrentamiento tradicional entre las etnias sedentarias y las que se dedican al pastoreo trashumante que va a más, y también una ausencia de acción del Estado sobre todo en el norte porque no hay administración y las comunidades tribales son las que controlan el territorio”, señala el coronel Soteras. A estos riesgos y amenazas se añaden “un problema muy serio de permeabilidad de las fronteras que permite que haya tráfico de personas, de armas y de drogas, y la extrema pobreza en muchas zonas, que complica el escenario general del país”, a su juicio.

Los militares españoles llevan desde abril de 2013 en Mali y ahora son el mayor contingente, con 254 hombres y mujeres de un total de 600 efectivos de 26 naciones. Durante los primeros años sólo se daba formación a los soldados malienses en el cuartel de Koulikoro -a 60 kilómetros de la capital, Bamako-, pero en el verano de 2016 se creó un nuevo formato de adiestramiento. Desde entonces -cuenta el jefe del contingente español- “unos equipos móviles de adiestramiento y asesoramiento combinado aproximan la formación a las regiones militares, que es donde está verdaderamente desplegada la fuerza del ejército maliense”. Según el coronel Fernando Soteras, “la situación de seguridad fuera de Koulikoro -cuando son desplegados estos equipos- es analizada con mucho detalle, caso por caso, y se marcan unos estándares muy exigentes de seguridad, también de seguridad alimentaria y médica, y entonces se da luz verde a cualquier desplazamiento”.

Desde el comienzo de la misión EUTM Mali han sido formados 10.000 soldados malienses, cifra que representa a casi la mitad de los miembros de las Fuerzas Armadas de este país. Sólo en 2018 han sido entrenados 2.385 soldados, y muchos de ellos han estado ya combatiendo a los yihadistas en el norte.