La primera exposición individual de Irma Blank en España puede verse desde este jueves y hasta el próximo 20 de marzo en Valencia, una muestra que hace un recorrido por la obra de la artista alemana que creó un lenguaje propio desde los años sesenta hasta la actualidad.

Comisariada por Johana Carrier y Joana P.R. Neves, la exposición "Blank. Irma Blank" forma parte de una producción en colaboración con distintas instituciones internacionales que presenta el trabajo de la artista a partir de diferentes puntos de vista o focos de atención, desde sus primeras obras con la serie Eigenschriften (1968) hasta la más reciente, Gehen (2018).

Sandra Guimarães, directora artística de Bombas Gens Centre dArt, que acoge la muestra, ha señalado que esta es "una oportunidad única para confrontarse con una de las artistas más singulares" de este tiempo, gracias a una selección de obras que descubre "el fascinante lenguaje de Blank, que libera del dibujo y que convierte en escritura universal".

Irma Blank, nacida en Celle (Alemania) en 1934 y que actualmente vive y trabaja en Milán (Italia), siempre ha utilizado las referencias a la escritura y al espacio del libro como una constante en sus creaciones, aunque los trazos y signos que representa están despojados del significado asociado al lenguaje y les otorga un valor propio y radical.

Las comisarias han explicado que la obra de Blank se basa en la idea del libro, "un libro infinito cuyas páginas habrían sido arrancadas y son imposibles de recomponer", por lo que su obra "puede ser mínima pero también monumental, a través de la acumulación de dibujos y pinturas en forma de página".

Por ello, la exposición se centra en esa "escala oscilante entre la línea de escritura y lectura, y la página ampliada", han indicado Johana Carrier y Joana P.R. Neves, quienes han añadido que su obra siempre es interpretada "como un ritual que contribuye a comprender el proceso artístico como registro de tiempo y vida, en el que la repetición es esencial".

El trabajo de Blank se encuentra relacionado con la obra de la artista también alemana Hanne Darboven, que filtra su experiencia a través del tiempo en instalaciones llenas de números escritos a mano, cálculos matemáticos o pasajes filosóficos, según explica el centro de exposiciones.

Blank trabaja partiendo de una absoluta concentración y dedicación, trazando sobre diferentes superficies las relaciones entre signos y tiempo: papeles, lienzos, paneles o libros.

La tinta, bolígrafos, acuarelas y pinturas al óleo o acrílicos son las herramientas con las que crea el cuerpo de la obra.

Vicent Todolí, asesor de la colección de la Fundación Per Amor a L'Art, ha indicado que Irma Blank se inscribe, "de forma muy singular, dentro de la práctica abstracta que sigue la colección" y ha destacado que su obra es entendida por la artista "como un diario, un modo de visualizar el tiempo", por lo que "en cierto modo ha escrito su vida".

Susana Lloret, vicepresidenta de la Fundació Per Amor a lArt, ha indicado que las palabras "ponen barreras" y la artista atravesó esa barrera "separando las letras de las palabras, y las palabras de su significado, para hacer del trazo algo bello en sí mismo".