Ricardo Gómez: su ideología política, el consejo de Echanove, su vínculo con Iniesta y por qué no se afeita

Es uno de los actores españoles más conocidos, le hemos visto crecer y evolucionar y aunque suele ser discreto se ha metido en algún charco

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Les pasa a muchos actores, tras varios años encarnando a un personaje en la ficción, deciden cortar con él para salir de su zona de confort y abrirse a nuevas experiencias. Es lo que le pasó al actor Ricardo Gómez, que se dio a conocer por el querido personaje de Carlos Alcántara, el benjamín de la familia Alcántara, en "Cuéntame" y que tras 17 años en la serie, apostó al todo o nada dando un salto al vacío. Y la jugada le salió bien.

"A mis 23 o 24 años, sentía que necesitaba experimentar", ha confesado el actor que reconoce no obstante el vértigo que sintió al dar este paso. "Fue un poco como dejar el Real Madrid, además coincidió con el año que Iniesta dijo que se iba a Japón y recuerdo emocionarme viendo un reportaje sobre su adiós. Pensaba: '17 años en el Barça y yo en Cuéntame y ahora a ver...", reconocía en una entrevista a El Mundo.

El pequeño de los Alcántara en la ficción, dejaba así un vacío en el corazón de los miles de espectadores que le vieron crecer, pero él quería "evolucionar y prosperar", siempre con el "miedo" que conlleva "hacerlo cuando no se tiene una oferta del otro lado".

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EL PESO DE CUÉNTAME

El haber sido uno de los protagonistas de la serie más longeva de la televisión tiene su cara y su cruz. Es un personaje que interpretó desde los 7 años y que como ha reconocido se lo "ha dado todo" por lo que no le molesta que la gente siga dándole todo su cariño por ese personaje, reconocía en Eltelevisero.

Cuando ve sus imágenes haciendo el papel del pequeño Carlitos se "emociona" y en absoluto quiere "borrar" ese pasado. "Estoy súper orgulloso de mi paso por una serie que admiro y respeto y que me ha dado tantísimo, por no decir casi todo", señalaba a El Mundo.

Quizás le pese un poco más seguir respondiendo años después a preguntas sobre su paso por la serie. "Entiendo perfectamente que sea un tema que genere mucha curiosidad en las entrevistas, pero también es comprensible que no sea de lo que a mí más me apetece hablar, porque es el pasado y yo no voy a parar de mirar hacia delante".

EL TEATRO

Tras dejar la pequeña pantalla, el teatro se ha convertido en el otro hogar de Ricardo Gómez que se ha puesto sobre las tablas con obras como 'El hombre almohada' o "Rojo", de John Logan. "Me está ayudando a superarme, se está convirtiendo en un lugar conocido, que reconozco y en el que me siento seguro", señalaba.

El teatro además le ha servido para "purgar" esos "malos hábitos que dejan los ritmos de un rodaje televisivo". En el escenario la cosa cambia, hay margen de tiempo para la prueba-error , además de para "probar cosas disparatadas y evolucionar".

Pero el teatro no ha sido su única escuela, a su corta edad, también ha protagonizado films como El sustituto junto a Vicky Luengo o Pere Ponce, inclsuso dirigido dos cortometrajes: Cariño y Gracias por venir.

Trato de ser lo mas respetuoso posible con el medio ambiente

PRUDENTE Y EXTROVERTIDO

A su espalda carga ya con una dilatada carrera, que crítica y público ha valorado con buena nota. Empezó desde bien pequeño como actor en el Teatro Lope de Vega de Madrid, interpretando el papel de Chip, la graciosa tacita del musical ' La bella y la bestia'.

Quizás esta larga experiencia profesional le haya servido de escuela para saber que en esta profesión hay que medir bien las palabras y que hay que ser prudente. "Creo que si todos tuviésemos un poco más de pavor de hablar de lo que no tenemos ni idea viviríamos con un poquito más de tranquilidad", ha llegado a reconocer.

Si tuviésemos un poco más de pavor de hablar de lo que no tenemos ni idea viviríamos con un poquito más de tranquilidad

Pero la prudencia no está reñida con la elocuencia, de hecho, Ricardo Gómez, se ha confesado en más de una ocasión como extrovertido y que "peca" de hablar de más.

También se define como seguro de sí mismo. "Creo que es lo que desprendo. Así que, cuando entro en los pozos de inseguridad, son más profundos. Pero también sé salir de ahí", advertía a Esquire.

EL PESO DE LA FAMA

Pese a ser uno de los rostros más conocidos del panorama cinematográfico español, no le pesa la fama, porque es algo con lo que aprendió a lidiar desde bien pequeño. Eso sí, según ha reconocido le gustaría pasar un poco más desapercibido en algunas ocasiones. Además, que sus fans le paren para pedirle un autógrafo o un selfie le resulta "gratificante".

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ECHANOVE, SU PADRINO

Ricardo ve este grande del cine español, como "un padrino". De él lleva clavado a fuego un consejo: “Ten mucho cuidado al decir ‘sí’ a una obra, porque al día siguiente de escuchar aplausos pobres o leer una mala crítica, la tienes que volver a hacer y se sufre mucho”. Unas palabras que le han ayudado a ser más cauto, por eso cuando tiene la oportunidad, solo elige aquello "que le peta la cabeza", señalaba a Esquire.

Además de Echanove, reconoce que le inspiran otros actores como Luis Tosar, con quien ha tenido la suerte de trabajar y del que valora " la tranquilidad con la que se toma un set de rodaje". También se fija en Álex Moner o Javier Bardem, del que le "emociona ver lo detallista que es".

NOMINADO A LOS GOYA

En diciembre de 2016 estrenaba la película 1898. Los últimos de Filipinas, un drama histórico sobre los soldados españoles sitiados en la Iglesia de Baler en la isla de Luzón, Filipinas y donde el actor interpretaba a uno de los soldados José acorralados. Su interpretación le valió una nominación a los Goya como mejor actor revelación, aunque finalmente el premio terminó en manos Carlos Santos.

LA RAZÓN DE SU BARBA

Puede que por desvincularse de su personaje de la infancia o por pasar desapercibido, se la dejara. En su mayor apogeo, cuando la tenía muy frondosa tuvo que explicar que simplemente era por exigencias del guión, nada que ver con buscar ir de incógnito. Sí que le molestaron los comentarios recibidos en las redes sociales. "Cada vez que cuelgo cualquier foto en Instagram desde que tengo esta barba tan tupida, recibo cantidad de comentarios sobre cómo debo ir por la vida: "Aféitate, estás feísimo". La gente se toma unas libertades flipantes conmigo, la verdad. Es la hostia en lo que se ha convertido esto, la impunidad que hay para poder decir a un tío que no conoces de nada que se afeite porque está feo", lamentaba en El Mundo.

VOYEUR DE TWITTER

Son precisamente comentarios de este tipo los que han llevado a Ricardo Gómez a medir la distancia con las redes sociales. Ahora mismo se considera más un voyeur que un escritor en ellas. "Recuerdo que en Twitter encontré una herramienta interesante para hablar de lo que pensaba sobre muchas cosas. Pero en los últimos años he sentido una crispación ferviente, es fácil refugiarse en el anonimato, decir cualquier cosa y seguir con tu vida. Twitter tiene muchas cosas que me interesan, pero hay un submundo de reacciones e insultos gratuitos que han hecho que cada vez me exprese menos", reconocía el actor a Tiemout.

CORAZÓN

El actor siempre ha mantenido total discreción en lo que se refiere a temas del corazón. No le gusta hablar de lo que hace fuera de su trabajo porque no lo ve relevante. De hecho no lleva nada bien que le hagan fotos en la calle, aunque entiende que forme parte de su profesión. "Cualquiera que lo haya vivido en sus propias carnes sabe lo que es que te hagan fotos sin saberlo y que las publiquen con textos inventados el 95% de las veces", afirmaba en el Periódico.

Pese a todo se le han conocido romances, con la también actriz Ana Rujas y con Bruna Cusí ganadora de un Goya por su papel en 'Verano 1993' con la que mantuvo cuatro años de relación.

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POLÍTICA

Las redes no se tomaron muy bien cuando criticó al PP al ausentarse de la comparecencia de Alberto Garzón durante la moción de censura, algo que trató de explicar en El Mundo, "no significa ser de un partido o de otro, simplemente criticar algo que me pareció bochornoso".

Asegura vivir en un país que tiende a los "polos", cuando él es más de "grises", por ello en alguna entrevista ha salido al paso de las voces que le tachan de 'podemita'. "Hay muchas cosas de Podemos con las que no estoy de acuerdo, como tampoco estoy de acuerdo con que nos lidere el partido más corrupto de Europa", afirmaba en 2017 con Rajoy en la presidencia del Gobierno.

Lo mejor, reconocía "es ser libre, la putada es que no puedas decir 'soy actor y del PP", zanjaba.

SU LUCHACONTRA EL DERROCHE DE PLÁSTICO

Aunque admite que "nunca he sido un abanderado del ecologismo" fue embajador del 'Movimiento Banderas Verdes', la campaña veraniega de Ecovidrio de 2019 dada su concienciación con el medio ambiente. "Trato de ser lo mas respetuoso posible con él".

"A aquellas empresas que utilizan plástico sin sentido y de manera desproporcionada las denunciaría", señalaba en una entrevista el actor, que tilda de "aberración" la existencia de organizaciones que comercializan con frutas peladas envueltas con este material.

El actor considera que "es absurdo" lo que se llega a hacer con el plástico y, aunque admite que es un buen material y no lo prohibiría, "es esencial utilizar este producto con conciencia y saber las consecuencias que puede llegar a tener".

La lucha contra la crisis climática es otro tema "obligatorio a tratar" y existe un "doble trabajo", según relata Gómez "cada individuo debe intentar ayudar al planeta por su cuenta y, además, difundir el mensaje para crear conciencia colectiva".

Por eso ha llegado a decir que la crisis climática "debe estar en la agenda política de todos los partidos, se puede agitar mucho la pirámide pero si desde arriba no se hace nada es muy complicado cambiar los cosas".

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