Morat cierra en Zaragoza su 2023 con un concierto a lo grande y el grupo Taburete

Morat ha cerrado en Zaragoza su 2023 con un concierto emotivo, romántico y enérgico lleno de grandes éxitos y en el que no han faltado los fuegos artificiales, el confeti, los globos, las pulseras de luces y el grupo Taburete como artista invitado.

Dentro de la gira Si ayer fuera hoy, el grupo ha arrancado con Besos en guerra y 506 dos canciones que muestran todas las caras del desamor pero que lo hacen desde el resurgir, la ilusión y el empoderamiento.

Pero pronto ha llegado el momento de celebrar, ya que estos amigos de los cinco años han interpretado Al aire y Porfa no te vayas, un momento en el que todas las parejas y grupos de amigos se han abrazado y han cantado al unísono casi dejándose al completo la voz.

Sin ser Segundos platos y sin hacer falta Aprender a quererte, hay quien ha gritado que este concierto es Mi suerte y Mi nuevo vicio, con la ilusión de que Morat vaya a regresar pronto a la capital maña y siga creando grandes y memorables éxitos.

También han sonado muy alto Debí suponerlo, Punto y aparte, Yo no merezco volver y Enamórate de alguien más, un tema que ha elegido el público gracias a una experiencia interactiva con las pulseras de colores.

Con el alma encendida y la vibración muy alta, Morat ha conectado en esta noche de ensueño con todo su público, también a través de lengua de signos en el foso, y con un repertorio que no ha olvidado temas como No se va.

La banda también ha cantado Sobreviviste, Cuando el amor se escapa, Feo y la mítica A dónde vamos, momento en el que han invitado al grupo Taburete a subir al escenario y que el público no ha dudado en aplaudir y emocionarse.

En la recta final del concierto, al que han acudido cerca de 9.000 personas de todas las edades, Morat ha regalado momentos inolvidables con Cuando nadie ve, Amor con hielo, París y Llamada perdida.

No obstante, la explosión festiva ha culminado con Cómo te atreves, un tema cuya letra se recuerda y que ha coronado esta cita como un apoteósico concierto que se debería vivir en bucle para siempre.