Virginia Vadillo.

El escritor, cineasta, ilustrador y músico portugués Alfonso Cruz cree que todas las artes tienen puntos de encuentro entre sí, pero también "abismos infranqueables" y la clave consiste en saber "aprovechar las características" peculiares de cada una de ellas para sacarles el mayor partido posible y contar la mejor historia.

Cruz (Figueira de Foz, 1971), que participa esta semana en la sección literaria del festival "La Mar de Músicas" de Cartagena, no ha dudado a lo largo de su amplia trayectoria en saltar de unas artes a otras en función de lo que quería decir en cada momento, ha explicado en una entrevista con EFE.

"Unas cosas es más eficaz contarlas con imágenes y otras con palabras. El formato final de una obra es una consecuencia de la idea inicial", ha reflexionado el artista, que publicó su primer libro, "La carne de dios", en 2008, cuando ya llevaba años trabajando como cineasta.

Hay un chiste de una cabra que está comiendo una película de cine y otra cabra se acerca y le pregunta si está buena, a lo que la primera le responde: "Sí, pero el libro era mejor", cuenta, para ilustrar el clásico conflicto entre ambos géneros.

Pero él no está de acuerdo con estas cabras: "Creo que cuando la película no es solo una traducción de libro al lenguaje visual, entonces puede ser un arte en sí misma", ha apuntado, porque ambas tienen muchas características comunes, como también las tienen la literatura y la música, aunque todas las artes tengan también diferencias "infranqueables".

"Como siempre digo, no se puede pedir agua tocando un saxofón, ni se puede hacer bailar a las personas con la escritura, por más bellas que sean las frases escritas", ha puesto como ejemplo.

No obstante, algunas disciplinas se complementan, ha opinado, como ocurre con la literatura y la ilustración, a pesar de los "prejuicios" que esta última genera en muchas ocasiones.

"Para muchas personas, una ilustración colgada en la pared es arte, pero si la ilustración está en un libro, entonces es una obra para niños", ha lamentado, lo que lleva a perder "una forma de comunicar muy especial", combinando texto e imágenes".

La novela gráfica, ha opinado, ha diluido en parte ese desprecio y "está abriendo camino a otras formas de expresión"; él mismo ha incluido ilustraciones en muchas de sus novelas para "ofrecer nuevas dimensiones a la narración".

"En Cartagena espero compartir mi literatura con los lectores españoles pero, sobre todo, comer caldero (arroz con pescado típico de la zona)", ha concluido.