En 1520 una tribu de aztecas capturaba una caravana con origen Veracruz, dentro más de 550 personas. Gran parte eran españoles que se desplazaban a Tenochtitlán para reunirse con Hernán Cortés. Según las escrituras, los nativos sacrificaron en los meses siguientes de forma cruel a hombres, mujeres y niños con el objetivo de pedir a sus dioses que los conquistadores occidentales saliesen de ese territorio.

Estos hechos tuvieron lugar durante la conquista del futuro México por Hernán Cortés y sus hombres. Estudios posteriores demuestran que los españoles secuestrados estuvieron vigilados por sus verdugos durante más de un año sometidos a todo tipo de torturas. Este es uno de los últimos ejemplos que han visto la luz y que demuestran la extrema violencia con la que actuaba este pueblo con los conquistadores españoles. Pero la violencía de los aztecas se manifestó en diversos acontecimientos que la historia ha recogido. 

En el mundo azteca existían dos tipos de guerra: una destinada a la conquista, destrucción de los pueblos y captura del botín, y la segunda destinada a la captura de prisioneros para su sacrificio. Los libros de la época y los historiadores han subrayado la gran cantidad de sacrificios humanos que realizaban los sacerdotes mexicas, antes de la llegada de los occidentales al Nuevo Mundo.

Los españoles que atravesaron el Atlántico informaron de las prácticas caníbales con las que se encontraron nada más desembarcar en Tabasco. Así era la 'ceremonia' con la que ejecutaban a una víctima: “Después de que los hubieran dado por muertos y sacados los corazones se los llevaban a las casas, conocidas como Calpul,donde se los repartían para comer”. Estas palabras las recogía el franciscano Bernardino de Sahagún en uno de sus escritos.

Así era el ritual

El ritual siempre era el mismo: cuatro sacerdotes sujetaban ,los brazos y las piernas de aquel que iba a ser asesinado, el cual se ubicaba en el centro de la pirámide. Después un quinto religioso le abría el pecho con un cuchillo y le arrancaba el corazón para ofrecérselo a los dioses. A continuación el cadáver rodaba cuesta abajo.

Noche Caníbal, el día que Hernán Cortés tuvo que huir con sus hombres 

En junio de 1520 Hernán Cortés y sus hombres tuvieron que escapar de la ciudad después de que el pueblo se revelara contra ellos. Los españoles habían secuestrado al emperador Moctezuma para intentar hacerse con sus riquezas. Los hombres de Hernán Cortés no les quedó más opciones que huir para evitar ser asesinados y comidos. A pesar de la huida aquella noche, conocida como “La noche triste”, se saldó con 600 cristianos muertos a manos de los aztecas.

Algunos historiadores han llegado a negar que se produjera tal antropofagia. Pero los escritos de los hombres que acompañaban a Hernán Cortés demuestran la realidad de los hechos.  Pero la actualidad de nuestros días provoca un serio error de base, que es la idea de que los españoles deben pedir disculpas por la conquista de México al comparar el Imperio azteca con el México actual, y es bueno recuperar una reflexión de los compañeros de ABC, Manuel P. Villatoro y César Cervera: “Si precisamente medio millar de españoles lograron abrirse paso por un territorio ocupado por millones de personas fue porque muchos pueblos estaban hartos del régimen sangriento impuesto por la Triple Alianza (Texococo, Tlacopan y México-Tenochtitlan)”.