Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Celia Sierra.
ARCO 2023 enfila la recta final de su 42 edición con una jornada marcada por la llegada del público general, un heterogéneo grupo integrado por familias, estudiantes y aficionados al arte, entre los que los galeristas tratan de encontrar a nuevos coleccionistas.
La feria ha abierto hoy sus puertas a las 12.00 y, poco a poco, sus pasillos se han ido llenando de gente, hasta que ha llegado un momento en que casi era imposible transitar la feria.
Los stands de veteranos como Leandro Navarro o Guillermo de Osma, donde se encuentran los grandes maestros como Joan Miró, Juan Gris, Fernand Leger o Eduardo Chillida, estaban repletos de visitantes.
Muchos galeristas suelen ponen un cordón de seguridad alrededor de las piezas más delicadas para protegerlas. Los galeristas agradecen la afluencia de público general, pero reconocen que sábado y domingo son los días más pesados.
COLECCIONISTAS PRIMERIZOS
Guillermo de Osma, que tiene una estatua de Chillida por 2,4 millones o un cuadro Fernand Leger de 900.000 que ha comprado Helga de Alvear, siempre reserva un espacio al fondo en su stand con piezas más asequibles, lo que el llama "gabinete de coleccionista", y en la que se pueden adquirir obra gráfica a partir de 400 euros.
"Nuestro objetivo es captar al aficionado", ha señalado a EFE Guillermo de Osma, dueño de la galería.
José de la Mano, que este año trae un proyecto de variados artistas españoles del año 1957 y un proyecto especial sobre el desconocido Manolo Gil, cree que estas jornadas son fundamentales para atraer al coleccionista primerizo.
"ARCO es fundamental. A la gente todavía le da reparo entrar en una galería, pero no le cuesta venir a la feria y preguntar precios", explica a EFE.
El problema, dice, es que la gran afluencia de público a veces no le permite dedicar a cada comprador el tiempo que requiere, pero este año ha vendido varias piezas a coleccionistas jóvenes, que andan en la treintena y que tienen un presupuesto de unos pocos miles de euros.
#ARCO
Los pasillos de ARCO se llenan también de jóvenes que aprovechan la feria para hacerse selfis y buscar las fotos más llamativas para redes sociales. Cuanto más llamativa y colorida la pieza, mejor.
El cuerpo de Picasso amortajado está siendo sin dudas la más mediática de la feria -alrededor de ella hay un corrillo constante de interesados en fotografiarla-. Curiosamente, la pieza más cara, un Chillida de 3,7 millones -que todavía no ha encontrado comprador- no está tan concurrida.
ARCO ofrecerá mañana datos oficiales de su afluencia. Su objetivo este año es alcanzar los 90.000 visitantes, una cifra similar a sus ediciones previas a la pandemia, algo que parece probable por la afluencia de los primeros días -solo para profesionales- y las sensaciones del fin de semana.



