Lo que no nos han contado de estar cerca del mar durante mucho tiempo: consecuencias en tu salud y tiempo de vida

Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, revela que residir cerca de la costa está estrechamente relacionado con vivir más años que aquellas personas que viven en el interior

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Gente disfrutando cerca del mar en Lo Pagán, San Pedro del Pinatar, Murcia (2016).

Darío Rodríguez

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Ya sabíamos que vivir cerca del mar traía beneficios. Lo que se desconocía era que realmente mejora la calidad de vida hasta alargarla sustancialmente. Un reciente estudio publicado en Environmental Research por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio ha revelado que vivir cerca del océano podría estar asociado con una mayor esperanza de vida. Tras analizar más de 66.000 distritos censales en EE. UU., el equipo descubrió que las personas que residen a menos de 48 km (30 millas) de la costa viven, en promedio, un año más que la media nacional.

Beneficios ambientales y socioeconómicos del entorno costero

El equipo de investigación, liderado por Jianyong "Jamie" Wu y Yanni Cao, encontró que las ventajas de vivir cerca del mar se relacionarían con un clima más suave, mejor calidad del aire, acceso a espacios de recreación al aire libre y mayores ingresos en promedio, además de una exposición más reducida a sequías, inundaciones o calor extremo.

Por el contrario, este hallazgo no aplica de forma general: los habitantes de zonas urbanas junto a ríos o lagos grandes presentan una esperanza de vida ligeramente inferior a la media, aproximadamente de 78 años frente a torno a 79 años.

'Unveiling complexity in blue spaces and life expectancy'. Yanni Cao, Ria Martins, Jianyong "Jamie" Wu

Esquema conceptual relacionando la exposición a los espacios azules con la esperanza de vida .

Quienes viven cerca de ríos o lagos grandes en áreas urbanas a menudo enfrentan niveles elevados de contaminación, pobreza y mayor exposición a inundaciones, factores que pueden acortar la esperanza de vida.

¿Por qué el mar y no cualquier masa de agua?

Se introduce el concepto de "blue space", el cual hace referencia a aquellos entornos con presencia visible de agua, como océanos, ríos, lagos y costas. Sin embargo, la investigación indica que no todos los espacios azules tienen el mismo efecto sobre la salud y la longevidad. Mientras que vivir cerca del océano parece proporcionar beneficios claros, vivir cerca de lagos o ríos urbanos no ofrece la misma ventaja y, en algunos casos, puede ser contraproducente.

Algunos factores que explican esta diferencia son los siguientes:

  • La naturaleza expansiva y costeña reduce la densidad urbana, mejora la ventilación y disminuye la acumulación de contaminantes.
  •  Las actividades al aire libre típicas en zonas costeras tienden a ser más variadas y frecuentes que en entornos ribereños urbanos.
  •  En climas costeros, los días muy calurosos son menos frecuentes, lo que disminuye los efectos negativos del calor extremo sobre el sistema cardiovascular.

Los espacios azules y la salud pública

Aunque el estudio se centra en EE. UU., anteriores investigaciones en Europa y Australia también han relacionado la proximidad a ecosistemas acuáticos con mejora de la salud general, menor estrés psicológico y mayor bienestar emocional.

Por ejemplo, proyectos como BlueHealth han documentado cómo el simple hecho de visitar zonas azules o disfrutar de vistas al mar puede reducir los niveles de cortisol, mejorar el estado de ánimo e incluso facilitar procesos de recuperación en entornos médicos.

no todos los espacios azules son iguales

En resumen, vivir cerca del mar podría proporcionar un "bonus de longevidad" de entre uno y dos años, gracias a una combinación de factores ambientales y sociales. Sin embargo, no basta con habitar junto a cualquier recurso hídrico: la calidad del entorno circundante, especialmente en áreas urbanas, marca la diferencia.

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Playa de Valdelagrana, Cádiz (2017)

Además, cabe recordar que el estudio pone el foco en correlaciones, siempre teóricas. Esto quiere decir que la investigación trabaja con datos que no en todas las ocasiones se podrían cumplir, no tiene por qué corresponder con la práctica en un entorno realidad. La relación que existe es indirecta, según lo observado, pero no siempre va a resultar una afirmación categórica, pues depende de otros muchos factores.

Esta investigación abre la puerta a consideraciones más amplias sobre cómo el entorno urbano y natural influye en nuestra esperanza de vida, y plantea la necesidad de seguir explorando el papel que juegan los llamados "blue spaces" en la salud mental, biológica y social de las personas.

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