El dato del terremoto con epicentro en Rusia que ha descolocado a los científicos por lo inusual que es: cambia lo que sabíamos sobre ellos
Los científicos están sorprendidos porque este terremoto ha ocurrido... justo cuando no debía de hacerlo
Imagen cedida por el Servicio Meteorológico Nacional (NOAA) de los Estados Unidos y su Sistema de Alerta de Tsunamis que muestra el punto origen del terremoto de magnitud 8,8 este martes, en la península rusa de Kamchatka (Rusia) y las posibles áreas de impacto de tsunami
Madrid - Publicado el
3 min lectura
La tierra tiembla con fuerza frente a las costas de la península de Kamchatka, en el Lejano Oriente ruso. Un terremoto de magnitud 8,8 en la escala de Richter sacude esta región remota y desata un tsunami que activa alertas en todo el Pacífico. Sin embargo, más allá del impacto físico, lo que más llama la atención de este fenómeno es su carácter inusual, tanto por su intensidad como por su momento. Los científicos lo califican directamente de desconcertante.
El seísmo ha liberado una energía equiparable a la explosión de 240 millones de toneladas de TNT, y ha dejado claro que aún sabemos muy poco sobre cómo y cuándo se acumula tensión en las fallas tectónicas. “Demuestra nuestra ignorancia”, admite sin rodeos la geofísica Christine Houser, del Instituto de Tecnología de Tokio. No es habitual que la ciencia se exprese en estos términos, pero este terremoto ha cambiado las reglas del juego.
El terremoto ha provocado alertas de tsunamis en otros países, como Perú
EL DATO DEL TERREMOTO QUE ATERRA A LOS CIENTÍFICOS
Aunque la región de Kamchatka es conocida por su actividad sísmica, los expertos no esperaban un evento de esta magnitud tan pronto. El último gran terremoto en la zona ocurrió en 1952, y los modelos geológicos estimaban que no debería repetirse algo similar hasta dentro de varias décadas más.
Este nuevo temblor, sin embargo, rompe por completo esos cálculos. Su cercanía temporal con otro sismo de magnitud 7,4 registrado días antes ha hecho saltar las alarmas en la comunidad científica internacional. ¿Se trata de una coincidencia? ¿O fue un aviso previo que no supimos interpretar?
El terremoto ha propiciado desperfectos en lugares de Rusia, como Vladivostok
Lucile Bruhat, especialista en terremotos y riesgos naturales, plantea una hipótesis: “Es posible que ese sismo anterior actuara como desencadenante, pero necesitamos estudiar el patrón de ruptura con detalle para entenderlo”.
El terremoto provocó un tsunami de gran amplitud que obligó a emitir alertas en países tan lejanos como Japón, Hawái y varias zonas de América. Las olas superaron los cinco metros en algunas zonas del sudeste de Kamchatka, causando daños en infraestructuras costeras, aunque el impacto humano fue limitado debido a la baja densidad de población de la región.
El último terremoto de esta magnitud en la zona data de 1952, y deberían de haber pasado varias décadas más para volver a ver otro igual
LO IMPREVISIBLE QUE HA SIDO LA MAGNITUD DEL TEMBLOR
Aun así, la magnitud del fenómeno y su imprevisibilidad preocupan profundamente. “No esperaba otro seísmo de esta intensidad en este momento. No lo habría predicho”, reconoce Harold Tobin, director de la red sísmica del noroeste del Pacífico. Sus palabras reflejan un sentir generalizado: la sensación de que estamos ante un punto de inflexión en el estudio de los terremotos.
Uno de los datos más reveladores es que el terremoto ha sido uno de los 10 más potentes jamás registrados, según Steven Hicks, del University College de Londres. Y eso, en una era donde la tecnología de medición sísmica está más avanzada que nunca, plantea una pregunta inquietante: ¿estamos subestimando la capacidad de algunas fallas para liberar energía antes de lo previsto?
Hasta ahora, se creía que ciertos intervalos de tiempo eran necesarios entre grandes seísmos para que se acumulara suficiente tensión tectónica. Este evento, sin embargo, rompe ese patrón y sugiere que debemos revisar nuestros modelos.
Christine Houser lo resume con contundencia: “Este terremoto ha puesto al descubierto los límites de nuestra comprensión. Pensábamos que sabíamos más de lo que en realidad sabemos”.
Pese a su magnitud, el temblor no ha provocado víctimas humanas
Aunque no se han registrado víctimas mortales, este terremoto ha servido de llamada de atención global. Los expertos coinciden en que es necesario replantear cómo interpretamos los ciclos sísmicos, especialmente en zonas de subducción como el Anillo de Fuego del Pacífico.
“No es un reloj”, dice Tobin, refiriéndose a la idea errónea de que los grandes terremotos pueden predecirse con cierta regularidad. Este seísmo ha demostrado que la naturaleza actúa a su manera, sin seguir nuestros calendarios ni estimaciones.
Este fenómeno deja muchas preguntas abiertas. ¿Podría repetirse algo similar en otras partes del mundo? ¿Cómo se puede mejorar la monitorización de las fallas tectónicas? ¿Es posible anticipar este tipo de terremotos con más precisión?
Lo que sí está claro es que este terremoto marca un antes y un después en el estudio de la actividad sísmica. No solo por su potencia, sino por lo que revela sobre los límites del conocimiento humano.