Israel continúa esperando. El contragolpe que pronosticaban fuentes de Washington no se ha producido, los continuos gabinetes de guerra que preside Benjamín Netanyahu han acabado sin una respuesta clara, de este modo, el mundo continúa preguntándose cuándo el país hebreo responderá al ataque iraní de este pasado fin de semana. Israel tiene claro que va a responder, pero no quiere contribuir a una escalada en la región que termine socavando el apoyo internacional que había logrado tras unas semanas en las que Europa y EE.UU. se habían alejado de Tel Aviv.

La comunidad internacional está llamando a la calma. Mesura para un contragolpe que parece inevitable, pero que no debería provocar una escalada que afectara aún más a la ya mermada estabilidad de Oriente Medio. Irán, por su parte, continúa en su estrategia belicosa de puertas hacia fuera y amenaza a Occidente con "cortar las piernas" a todo país que apoye más de lo debido a Israel. Una premisa que es difícil de sostener, pues hasta cinco ejércitos defendieron militarmente a Israel del ataque iraní. Los cazas británicos, franceses y estadounidenses derribaron drones con destino Israel. Lo cierto, es que Teherán trata de mostrarse poderosa y amenazante entre sus ciudadanos, y sobre el papel lo es, pero al igual que Tel-Aviv, quiere evitar una escalada en la región que no beneficiaría a nadie.

En este contexto, 'El Cascabel' de TRECE, cuenta con la presencia de Roni Kaplan, portavoz de la Fuerza de Defensa de Israel, que sostiene que Netanyahu escucha a sus aliados que le piden poner el freno en su contragolpe: "Los mensajes de nuestros aliados siempre son tenidos en cuenta". Eso sí, los hebreos se guardan la prerrogativa de responder cuándo y cómo lo estimen oportuno: "Nosotros seguimos en alerta máxima, estamos preparados para cualquier escenario, tanto ofensivo como defensivo, vamos a responder como queramos".

"Irán tiene que pagar un precio"

Pese a que estemos en un momento especialmente crudo en lo que a tensiones geopolíticas se refiere, Israel sostiene que la rivalidad entre Tel-Aviv y Teherán viene de lejos: "Irán no empezó a actuar contra nosotros este fin de semana, comenzó a actuar contra nosotros desde 1979", sostiene Kaplan refiriéndose a la revolución iraní que acabó con la monarquía de la dinastía Pahlavi, pro occidental, y aupó a la familia Jamenei como líderes supremos de la república teocrática iraní, chiita y fundamentalista.

Kaplan advierte que el contraataque se producirá: "Al fin y al cabo lo que queremos conseguir es seguridad. Irán tiene que pagar un precio por sus acciones, de lo contrario no hay paz ni seguridad en Medio Oriente"

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