Su nombre era desconocido para la mayor parte de nosotros hasta esta misma semana. Ha sido una sorpresa conocer que Samuel Little pasará a la historia como el mayor asesino en serie de la historia de los EE UU.

El hombre que ha confesado el asesinato de 93 mujeres, -50 ya han sido confirmados por la Policía- roza los 80 años y está en prisión desde hace sólo 7. En sus covnersaciones con la Policía Little ha recordado detalles de sus víctimas: el color de pelo, edad aproximada, altura, peso, o lugares dónde las conoció... La mayor parte de ellas eran marginadas, prostitutas o drogadictas.

Muchos de los cuerpos no han sido encontrados a día de hoy. El FBI ha pedido ayuda ciudadana para identificar a todas estas víctimas... Lo más llamativo es que Little estuvo en prisión en varias ocasiones a lo largo de su vida... pero por crímenes menores. Es ahora cuando su nombre pasará a la historia.

El nombre de Samuel Little se suma a una larga lista de asesinos en serie: Ted Bundy, Andrei Chikatilo o Charles Manson.

Igual que muchos no conocían el nombre de Samuel Little, es posible que estos otros tampoco. José Ignacio Orduña, 'El asesino de Lesseps'; Francisco García Escalero, 'El mendigo asesino'; o Juan Díaz de Garayo Ruiz de Argandoña, más conocido como 'El Sacamantecas'.

Son los nombres de algunos asesinos en serie que han actuado en nuestro país. Pero si hay una figura que todo criminólogo conoce es la de Manuel Delgado Villegas, alias, El Arropiero.

Maria Luisa Fanjul es profesora de Criminología y experta en tipos y formas de delincuencia. Se refiere en Fin de Semana al Arropiero como un asesino único. “Es único. Es un asesino en serie porque mató a más de tres personas. Elige a sus víctimas de forma aleatoria, utiliza varias formas para matar”, un perfil de criminal que confunde a los expertos.

A El Arropiero se le han atribuido, ojo al dato, 48 asesinatos, tanto en España como en el extranjero, cometidos durante los años 60 y 70. Se consiguieron probar 7 de esos 48 asesinatos, pero la Policía cree que pudo estar detrás de otros 22. Otro aspecto terrible del modus operandi de El Arropiero fue su afición a la necrofilia. En opinión de Maria Luisa Fanjul, este criminal sevillano debía sufrir algún tipo de trastorno mental, como una esquizofrenia, aunque los papeles de la época no lo reflejan.

El Arropiero falleció en 1998, poco después de ser puesto en libertad.