La designación por parte del presidente del Gobierno de su amigo Iñaki Carnicero para la dirección general de Transportes con un puesto creado expresamente para ello ha provocado todo un revuelo esta semana, ante lo que han protestado los propios funcionarios. Así lo ha hecho saber la Federación Española de Asociaciones de los Cuerpos Superiores de la Administración Civil del Estado (FEDECA) que en enero ya presentó un recurso contra la designación de 23 excepciones en el Real Decreto de Estructura.

Lo explicaba su presidente, Jordi Solé, en Fin de Semana de COPE, donde denuncia que, para los partidos que ganan las elecciones, “el Gobierno es su botín”. “Siempre hemos defendido que hace daño al país, en la medida que colocas en las instituciones a personas cuyo principal activo es la confianza personal o político y no su idoneidad, toman decisiones que no son las más adecuadas”, explica Solé a Cristina López Schlichting.

“Ha habido una cultura en España en la que muchos piensan que el Gobierno es el botín del partido vencedor”.

“La clase política no ha aprendido de los errores”

Y es que es cierto que en tiempos de Aznar se hizo en dos ocasiones, pero ahora nos encontramos con 25 casos. “A nosotros nos preocupa, más que el número, que la clase política general no ha aprendido de los errores”, explica Solé. El presidente de FEDECA insiste en que “después de la última crisis en la que parte de la responsabilidad era una administración debilitada por estas cosas, pensábamos que no se iba a repetir”. “Nos duele ver que tanto con el gobierno de Rajoy como posteriores se ha repetido, incluso lo han aumentado”, lamenta.

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Sin embargo, Solé insiste en que no están juzgando la carrera de Carnicero. “Lo juzgamos como ciudadanos. Hay algún caso de personas con un currículum impresionante, y luego hay muchos que no se sostiene más allá de la confianza política”.

“No valoramos tanto al señor Carnicero por su curriculum, porque lo que la ley exige es que no haya candidatos suficientes, y nos duele mucho pensar que el Gobierno presuponga que ninguno de nuestros arquitectos de la Hacienda Pública sea idóneo para capacitar esa dirección general”, concluye.