La mitad de los niños nacidos en Europa no alcanzan su total potencial cognitivo por un déficit de yodo, según un estudio internacional en el que ha participado el presidente de la Sociedad Catalana de Endocrinología y Nutrición de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña, Lluís Vila.

El estudio, enmarcado en el proyecto EUthyroid, emplaza a los políticos europeos a que apoyen las medidas que proponen los científicos para eliminar el déficit de yodo, un micronutriente crítico para el desarrollo cerebral en la infancia.

Según Vila, el yodo es un micronutriente esencial obtenido del agua así como de los alimentos que consumimos y es fundamental para producir hormonas tiroideas, que son muy importantes en la regulación del metabolismo, el crecimiento y el desarrollo.

Los médicos aconsejan que durante el embarazo las mujeres incrementen la ingesta de yodo ya que, a menudo, es insuficiente en sus dietas habituales y advierten de que incluso un déficit leve de yodo puede poner a los hijos en riesgo de alteración de la función neurocognitiva, convirtiéndose eventualmente en la causa de un coeficiente intelectual inferior.

Según los autores del estudio, de 27 países diferentes, los efectos negativos del déficit de yodo son diversos y suponen una carga significativa para los sistemas públicos de salud, por lo que reclaman más recursos para los programas de prevención de "Trastornos producidos por Deficiencia de Yodo (TDI)".

Según Vila, durante años la OMS ha pedido un control regular como punto de salida para alcanzar un importante paso hacia la eliminación del déficit de yodo en Europa, pero solo ocho países de la UE han tomado las medidas necesarias para hacer frente a este problema.

Vila ha participado en la investigación como representante del Grupo de Nutrición de Yodo de la Sociedad Española de la misma especialidad y, en el ámbito español, el proyecto se ha coordinado desde el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) de Badalona (Barcelona), bajo la dirección de Manel Puig-Domingo, con la participación también de Mónica Guxens, investigadora de Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).