La sentencia del caso Nóos de la Audiencia de Palma, conocida ayer, supone una severa corrección de la labor y las pretensiones del juez Castro, y de las peticiones del fiscal Horrach. El fiscal pedía 19 años de cárcel para Urdangarín. La condena ha quedado en seis años y tres meses. De los 17 acusados, 10 han sido absueltos. Y la sentencia desmonta la tesis de que existía una ramificación valenciana y otra madrileña de la trama montada para apropiarse del dinero público.El pronunciamiento de las tres jueces de la Audiencia de Palma viene a indicar que el caso Nóos en su fase de investigación estuvo hinchado. La sentencia absuelve a Cristina de Borbón. Es interesante que deje claro que para ser condenada por cooperación necesaria, no es suficiente que la infanta supiera de las actividades de su marido y utilizara el dinero delictivamente obtenido.La infanta no se hubiera sentado en el banquillo si el empeño del Juez Castro no hubiera contando con el apoyo de la acusación popular del sindicato Manos Limpias. Sindicato que ahora sabemos que era una formación dedicada a la extorsión, que pretendió cobrar tres millones de euros a cambio de retirar su acusación. Este caso ha supuesto durante los últimos años una clara fuente de desestabilización institucional. Algunos quisieron aprovecharlo para cuestionar la Jefatura de Estado. El Estado de Derecho ha puesto las cosas en su sitio. Esa desestabilización no hubiera sido posible sin la actividad delictiva de Urdangarín. Y habría sido menor si se hubiera renunciado a tiempo a determinados títulos y derechos.