Los golpes en la cabeza a los jugadores y jugadoras en el mundo del balonmano son muy peligrosos y en algunos casos demuestran que deberían tomarse medidas tanto por parte de la Federación Europea de Balonmano (EHF) como de la Federación Internacional de Balonmano (IHF).

La última prueba de todo esto ha sido que la jugadora danesa Søs Søby a sus 26 años de edad y con un gran futuro en el mundo del balonmano como portera de la Selección de Dinamarca se ha tenido que retirar de la práctica del balonmano. Una jugadora que tan sólo ha podido disputar 9 partido con Dinamarca como consecuencia de la lesión que sufrió en su cabeza durante un encuentro.

La lesión se produjo allá por el mes de Octubre de 2014 cuando sufrió una conmoción cerebral durante el partido de la Golden League que disputaba Dinamarca contra la Selección de Brasil. Después de realizar una espectacular parada  retrocediendo hacia la portería en un lanzamiento desde su campo de la jugadora brasileña Alexandra Nascimento, la portera danesa al rechazar el balón se golpeó la cabeza contra el parquet, con un tremendo dolor en la cabeza y ante tal situación, por precaución, se la retiró del terreno de juego en camilla rumbo a los vestuarios.

La portera danesa se retiró del terreno de juego con una sonrisa en su cara por lo que nadie pensaba lo que pasaría a lo largo del tiempo. A partir de ese momento la jugadora Søs Søby ha tenido que vivir con muchos dolores de cabeza, migrañas, falta de concentración, fatiga…  aunque tal vez la peor de todo ha sido que ha vivido con el miedo de recibir otro golpe en su cabeza que le produjera otra lesión de más gravedad. Finalmente no pudo volver a disputar un encuentro de balonmano y ha tenido que decir adiós al balonmano.

Durante estos casi tres años de calvario Søs Søby se ha tenido que someter a diversos tratamientos e incluso se tuvo que marchar a Estados Unidos para recibir el tratamiento que al fin y a la postre no le han servido para nada. Los resultados de todos esos tratamientos no han sido efectivos, no han lado los resultados esperados y su vida ha quedado condicionada de tal forma que incluso sufre molestias cuando sale a la calle o escucha un simple ruido en la ciudad de Copenhague en donde vive. Todas estas cosas son las que la final le han hecho decidir a Søs Søby abandonar el balonmano y plantearse un nuevo futuro profesional y por supuesto personal.

Otros ejemplos han cundido sobre este tema en otros deportes como el fútbol y pienso que el balonmano debería plantearse alguna protección para la cabeza, en algunos casos muy concretos, aunque que vamos a esperar si en más de una ocasión se ha cuestionado el color de una simple muslera que llevan los jugadores y jugadoras para proteger sus piernas.

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