La mayor parte es impacto económico directo, 33 millones de euros, y otros 19 tienen que ver con el indirecto, con las ganancias que estos visitantes generan por su paso por la ciudad. 52 millones de euros que dejan solo los 45.000 congresistas que pasan al año por Málaga. ¿Por qué entonces ese impacto económico? Pues porque el gasto medio es muy elevado, de unos 800 euros por participante y reunión, en una visita de menos de dos días de media. El Palacio de Ferias de la capital es el principal punto de atracción de turismo y reuniones de Málaga, con un tercio del total y la mitad de los visitantes. Y además, están los hoteles, que han duplicado su oferta desde el año 2000 en la ciudad, lo que beneficia al sector tanto a la hora de acoger las reuniones como a la hora de alojar a sus participantes.