Durante su alocución, Francisco se ha fijado en el Psaje del Evangelio según San Lucas en el que Cristo que había escogido a Doce de entre sus discípulos para que estuviesen con Él y fuesen sus testigos, ahora designa otros setenta y dos. De esta forma el Papa dice que Cristo quiere difundir el Amor de Dios, no en solitario, sino en comunidad. También ha aprovechado la ocasión para decir que proclamar el Reino no es un mero pasatiempo, sino una labor urgente. Al hablar de los setenta y dos designados por el Señor, Francisco ha señalado que si los Doce Apóstoles encuentran sus sucesotres en los Obispos, estos setenta y dos encuentran su prolongación en los sacerdotes y diáconos, así como en los que desempeñan otros ministerios eclesiales. Es el caso de los caterquistas y tantos fieles impregnados en las tareas parroquiales. Por último ha confiado la tarea evangelizadora a María y ha vuelto a recordar la Encíclica la Puerta de la Fe (Porta Fidei), que preserntaba esta semana y que invita a centrar nuestra vida en la Fe en el Señor Jesús, de la misma forma que la Virgen es un perfecto Icono de la Fe. Francisco ha terminado saludando a todos los fieles congregados, y entre ellos, los jóvenes de Roma que hoy parten a Río para la Jornada Mundial de la Juventud, que comienza el próximo 23 de julio hasta el día 28.