"Josep cogió todos los motores fueraborda que tenía y se fué, ni corto ni perezoso, a venderlos a Senegal. Cuando llegó a esta república occidental africana y vió la situación de la gente, les regaló los motores y llamó a sus amigos Julio y Jesús la situación", cuenta Julio Jiménez en La Tarde."Jesús", sigue Julio, "se fué a ver como estaba el tema de la pesca y si esta se podía explotar y cuando volvió unimos fuerzas para enseñarles a pescar" y a fabricar las pequeñas embarcaciones que sustituyen a los cayucos en los que pescaban malamente los senegaleses.Y así nació Nautique Senegal. "Les estamos enseñando a valorar el pescado porque un pescado como es la merluza que aquí se valora mucho, ellos la tiraban, la golpeaban y ya no servía para nada. Les estamos a hacer una pesca responsable" cuenta Julio Jiménez.La empresa lleva un año en marcha y cuenta con una treintena de trabajadores. "Dios ayuda y somos la única empresa que tiene licencia para pescar en Senegal" concluye Julio.Nautique Senegal o cómo ayudar a los senegaleses a pescar