La escalada nuclear protagonizada por Corea del Norte ha recibido su correspondiente sanción por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Hace aproximadamente un mes el Gobierno norcoreano de Kim Yong decidió llevar a cabo una potente prueba nuclear que recibió la condena de Estados Unidos, Japón y Rusia. Esta semana, ya con el apoyo de China, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado un importante paquete de sanciones contra los que Corea del Norte ha reaccionado airadamente. Su respuesta ha sido convertir en rehenes a sus vecinos del Sur al declarar la ruptura unilateral de los pactos de no agresión con Seúl. Una medida de este tipo tendrá importantes consecuencias económicas y diplomáticas para Corea del Norte, al tiempo que aumenta el peligro de una conflagración. La víctima principal de las amenazas de este régimen tiránico, con el que es prácticamente imposible mantener relaciones medianamente ordenadas, es su propia población que muere de hambre. La buena noticia es que en esta ocasión no ha habido fisuras en la ONU. La mala es que el régimen norcoreano puede emprender una desaforada huida hacia delante.