El Consejero Delegado del Grupo COPE, Rafael Pérez del Puerto ha entregado a la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo Gil, los beneficios obtenidos en el concierto de La Noche de CADENA 100 celebrado el pasado 25 de marzo.

Por su parte, la presidenta de la entidad ha hecho entrega a CADENA 100 del certificado de donación y ha agradecido el esfuerzo y el interés mostrado una vez más por la emisora para que el concierto, que se ha convertido en una de las citas musicales más esperadas del año, sirva para que más de trescientos niños sirios, que llevan sin escolarizar varios años, sean acogidos en las aulas de Sidón y Beirut de la Asociación Fratelli.

El Líbano acoge a más de un millón y medio de refugiados sirios. Ante este incremento de población el sistema educativo del país no ha podido integrar a la mayoría de los niños y niñas refugiados a pesar de que los colegios hayan desdoblado los turnos. La Asociación Fratelli ha decidido cubrir este déficit y ha permitido que 200 niños y niñas sirios sean atendidos en los centros de Relieh y Beirut. Además, parte de ellos recibirán atención psicológica personalizada. El proyecto educativo también ha hecho que 60 jóvenes realicen cursos de formación profesional para que puedan tener pequeños ingresos.

Para el Grupo COPE es un verdadero orgullo entregar a Manos Unidas el cheque por valor de 33.105 € con el que se ayudará a estos niños y niñas sirios víctimas de los horrores de la guerra.

Como cada año, los cantantes más destacados del panorama musical nacional e internacional no dudaron en sumarse a “La Noche de CADENA 100” de forma desinteresada, en una noche inolvidable de diversión y sorpresas que contó con la asistencia de 14.000 personas.

En ediciones anteriores, la recaudación de “La Noche de CADENA 100” ha permitido a Manos Unidas construir escuelas y comedores en Etiopía, Madagascar, en India y en Burkina Faso. Ha participado en la reconstrucción de Haití tras el terremoto que destruyó el país en 2010, ha ayudado a aumentar la producción de alimentos de los agricultores de la zona noreste de Kenia. También ha llevado la esperanza a cientos de niños que malviven y trabajan en los andenes y las vías del tren de Varanasi, India.