Ha muerto Alejandro Fernández Pombo. Quizá para los más jóvenes su nombre no resulte conocido, pero es una referencia ineludible en el periodismo español del último tercio del siglo XX. Esposo y padre de cinco hijos, Alejandro era un periodista de raza. Hoy diríamos un periodista de los antes, sin que eso pudiera ser otra cosa más que un elogio, porque a decir de sus muchos amigos, Alejandro Fernández Pombo era un buen periodista porque era, por encima de todo, una persona buena. Católico, hombre culto e inteligente, de profundas convicciones, tuvo que sostener en su trabajo diario, con firmeza y equilibrio, principios editoriales en favor de la democracia y la libertad de prensa, en momentos que no siempre fueron fáciles para ello. Periodista de escuela, con mayúscula, en 1958 fue número uno de su promoción precisamente en la Escuela de Periodismo de la Iglesia. Fue director del diario Ya entre 1974 y 1980, los complejos años de la transición política, cuando el Ya era el diario con mayor difusión de Madrid y después director de publicaciones de la Editorial Católica. Miembro durante años del equipo de la línea editorial de la Cadena COPE, fue también uno de los fundadores de la UCIP-E, organización católica de periodistas e informadores de  España, y, cuando dejó la primera línea, siguió de otra forma en activo, desde la retaguardia, presidiendo la Asociación de la Prensa de Madrid y la FAPE hasta el año 2004. Demos gracias a Dios por su vida fecunda. Descanse en paz nuestro querido maestro de periodistas, Alejandro Fernández Pombo.