Después de una dura pretemporada en la que no ha podido entrenarse al mismo ritmo que sus compañeros por culpa de una alteración cardíaca, el defensa del Barcelona Adriano Correia vuelve a sonreír, aunque reconoce que fue "un gran susto" y que se le pasaron "muchas cosas por la cabeza". Adriano ha recordado que, estando en el Sevilla, vivió la muerte de Antonio Puerta muy de cerca. "Momentos duros", como él mismo ha reconocido, que evidentemente volvieron a su mente cuando en la revisión médica del primer día le fue detectada esta anomalía de la que ya está recuperado. "Nunca me habían detectado nada así y te pasan muchas cosas por la cabeza, pero los doctores me dejaron muy tranquilo. Sé que estoy en muy buenas manos. Tengo mucha fe y sabía que todo iba a salir bien. Cada día pienso menos en eso", ha apuntado en rueda de prensa. Ahora, con el alta médica, puede disfrutar por fin de los entrenamientos con normalidad y responder a los exigentes métodos del nuevo técnico, Luis Enrique. "No es fácil entrenar solo", ha apuntado Adriano antes de reconocer que con Luis Enrique ha llegado un soplo de aire fresco para la plantilla: "Él tiene mucho carácter y eso nos ha venido muy bien". Adriano ha desvelado que este verano tuvo "ofertas" para marcharse, pero que su intención "siempre" fue acabar su contrato. Mientras se recuperaba ha visto como el club ha fichado a su compatriota Douglas Pereira, también lateral como él, pero que actúa en la banda derecha, y del que parece tener buenas referencias. "No me ha sorprendido su fichaje. Douglas es un gran futbolista. Tiene mucha calidad y será una pieza clave en el Barça", ha sentenciado.