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José María Gil-Tamayo en La Mañana

"La Iglesia no es un contrincante político"

El secretario general de la Conferencia Episcopal subraya que la Iglesia tiene vocación de calle y pide que sea tratada con la mano abierta.

Gil-Tamayo acompañado de los tertulianos de La Mañana

Gil-Tamayo acompañado de los tertulianos de La Mañana

cope.escope.es

Tiempo de lectura: 4'Actualizado 27 may 2017

José María Gil-Tamayo ha explicado en los micrófonos de La Mañana de COPE cómo han sido sus primeros días como portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española. "Ha sido un cambio absoluto y nunca pensé que iban a dejar en un cura toda esta responsabilidad. No hay además periodo de adaptación y es una vorágine en la que resistiré hasta que Dios quiera. He sido recibido muy bien por parte de los compañeros de los medios de comunicación. Aguantar y aceptar la crítica forma parte de mi sueldo pero pido que se trate a la Iglesia desde la realidad y no desde la ficción, desde el racionamiento y no desde el prejuicio, y desde la mano abierta y no desde la trinchera. Los medios tiene derecho a mantener sus líneas editoriales pero convertir a la Iglesia en un contricante político o querer reducirla a páginas de sucesos es equivocarse de información y de época".

Para Gil-Tamayo "la Iglesia debe ir y enseñar y el Papa lo recordó en Río de Janeiro a los jóvenes. La Iglesia no tiene vocación de estar encerrada o de cenáculo y tiene el compromiso de vivir con coherencia sus compromisos cristianos. La Iglesia tiene vocación de calle y de influir en la vida social y pública como un actor y lo ha hecho a lo largo de toda la Historia. La Iglesia no es un partido político: da orientaciones morales pero no va a entrar en cuestiones técnicas. No puede haber una desamortización de los cristianos en este país para reducirlos al ámbito de las sacristías. Evangelizar no significa adoctrinar, significa con respeto a las propias conciencias de los demás no renunciar a sus propias convicciones".

"Mi preocupación es que la gente tiene una percepción de la Iglesia muy distinta a la que reflejan los medios. Me pregunto si realmente los medios -que son los que influyen en la opinión pública- están reflejando la Iglesia real. Yo creo que no porque la gente ve otra Iglesia, la real, la de las parroquias. Por un lado puede ser culpa nuestra pero por otra parte viene de posicionamientos religiosos. Cuando hay una acción benéfica se le atribuye a organizaciones de la Iglesia pero sin nombrar su vinculación. Cáritas es de la Iglesia, de los obispos, pero hay de una forma intencionada esa separación cómo si los obispos fueran la patronal".

El portavoz de la Conferencia Episcopal insta a posicionarse por encima de ideologías. "La izquierda y la derecha tienen que entenderlo todo, no voy a entrar en divisiones o de colocación en el Parlamento. Hay que dejar a la Iglesia estar porque si no hay un clericalismo laico. En nuestro país cada vez se va más a una concepción de la vida pública como de sociedad civil. Afortunadamente la política no lo es todo en la vida de la gente. El mundo está cambiando y creo que las personas tienen algo más que la dimensión de izquierda, derecha, centro, arriba o abajo".

¿Como deberían ser las relaciones Iglesia-Estado? "La relación actual es fluida y debe ser desde la libertad y la independencia con la colaboración. Nuestra Constitución no es laica, contempla el hecho religioso de forma positiva. El Estado no tiene ninguna confesión religiosa donde el hecho religioso es contemplado como un elemento de construcción social. ¡Qué sería de nuestro país si la Iglesia no estuviera en el mundo de la educación, de la asistencia a los más necesitados, de la marginación...! Tiene que haber colaboración porque la Iglesia no es un contrincante político y no se puede leer la Constitución de forma laicista: el hecho religioso está ahí pero hay que colaborar. El fin es el bien y el interés común de los ciudadanos. A la Iglesia no se le puede exigir que se calle o que no ilumine a la sociedad con sus convicciones".

Sobre los temas de actualidad, Gil-Tamayo se pronuncia sobre la unidad de España, de la doctrina Parot y del drama de la inmigración ilegal. "Hay que preservar el bien común. Nuestro país tiene una historia de unidad que nos ha dado una forma y hay que conjugar y armonizar desde el ámbito constitucional la unidad de España con la pluralidad de regiones. Hay que conciliarlo sin hacer absolutismos".

-"Hay que estar con las víctimas, con las personas que han sufrido esa barbarie, ese crimen por parte a quienes han renunciado a la dignidad humana cometiendo tales acciones. Lo que no podemos es olvidarnos es del más elemental respeto a las víctimas".

-"Mi padre fue emigrante y murió muy joven, a los 49 años. Es verdad que se iban de forma legal pero se iban a una Alemania de comienzos de los años 60. Eran condiciones muy difíciles y esos elementos tienen una carga personal. Hay que regular la inmigración, entre otras cosas, por sus propios derechos. El verdadero enemigo no son los inmigrantes sino las mafias que los controlan. No quisiéramos que nuestros jóvenes que también emigran fueran tratados así. La acción policial y disuasoria debería ir dirigida contra las mafias. Es una nueva forma de esclavitud que el Papa, en su viaje a Lampedusa, ha denunciado. Sí quiero reconocer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y a la Cruz Roja en esa acogida a las lanchas, los cayucos".

¿Qué ha significado la elección del Papa Francisco? "Se nota su llegada y basta con ir a Roma a preguntar a las tiendas, restaurantes,... en cada audiencia se desborda la Plaza de San Pedro. Su estilo de cercanía no es nada artificial, no ha habido ningún estudio de márketing. Es la pura naturalidad, se muestra como es incluso esquivando la seguridad o el protocolo. Ante todo quiere dar una lección de no tener miedo a la ternura y mostrar el rostro misericordio de Dios. La Iglesia no es la Iglesia de la condena, es la de la misericordia". En este punto asegura que al cristianismo "no podemos ponerle un ribete negro". "El Papa está poniendo en evidencia el tono latinoamericano, de cercanía,... No hay nada de estrategia y sí de autenticidad".

¿Qué se puede hacer para romper el anticlericalismo? "A lo mejor en las iglesias deberíamos hacer una jornada de puertas abiertas para que conocieran la Iglesia real. Hay un secularismo y esto ha afectado a Occidente y a la familia pero también nosotros tenemos que ser más activos en ese ejemplo vocacional".

Escucha la entrevista completa a José María Gil-Tamayo en La Mañana de COPE.

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