La Justicia estadounidense ha desbloqueado la causa contra Inocencio Orlando Montano, militar salvadoreño acusado de planificar el asesinato que acabó con la vida, entre otros, de cinco jesuitas españoles. Montano había conseguido eludir la acción de la justicia en El Salvador pero acabó detenido en los Estados Unidos, que ahora han decidido su extradición. Esto significa que será juzgado en España por el crimen cometido hace veintiocho años en la Universidad Centroamericana de El Salvador. Hace seis años la Audiencia Nacional emitió una orden de detención contra 19 militares acusados de asesinar a una niña de 15 años, a su madre, cocinera en la Universidad, y a seis jesuitas, uno de ellos el P. Ignacio Ellacuría. En este caso se trata de algo que va más allá de obtener una sentencia contra quien ordenó aquella masacre.

El asesinato cometido en la UCA, como el perpetrado contra Monseñor Romero y tantos otros, responde a estrategias planificadas que buscaron silenciar la voz de la Iglesia en su compromiso con los más pobres y desfavorecidos. Hacer justicia pasa también por dejar claras las intenciones de los asesinos, y también sobre las motivaciones últimas de los asesinados. El daño debe ser reparado porque la memoria de las víctimas debe quedar limpia. La sociedad salvadoreña también tiene derecho a que se sepa la verdad y a cerrar un período doloroso de su reciente historia.