Las autoridades de República Democrática del Congo (RDC) han elevado a 35 los muertos a causa de los ataques ejecutados la semana pasada contra varios campamentos de desplazados en los alrededores de la ciudad de Goma (este), en medio de los combates entre el Ejército y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).

El ministro de Asuntos Sociales y Acción Humanitaria, Modeste Mutinga, ha afirmado que "el balance ha aumentado de catorce muertos a 35, con 37 heridos", antes de desvelar que las exequias tendrán lugar durante la jornada del sábado.

"Se han adoptado todas las disposiciones para que las exequias sean dignas de los hijos del país que han perdido su sangre por la integridad de nuestro territorio", ha afirmado desde Goma, tal y como ha recogido el portal congoleño de noticias 7sur7.

Los ataques fueron ejecutados el 3 de mayo en medio de los combates entre el Ejército y el M23. Tras ello, RDC acusó a Ruanda de estar detrás del incidente, una afirmación respaldada por Estados Unidos, lo que desató duras críticas por parte de Kigali, que se desentendió de lo sucedido.

Sin embargo, RDC ha reclamado la imposición de sanciones contra Ruanda por su presunto papel en los, que ha tildado de "acto terrorista". Asimismo, Kinshasa ha recalcado que "se reserva el derecho" a actuar, en medio del repunte de las tensiones bilaterales durante los últimos años, que han hecho temer un conflicto abierto entre ambos países.

El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre de ese año un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.

El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que provocó una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto y ha provocado preocupación en la región ante la posibilidad de que estalle un conflicto entre ambos países.