Santos Marcelino y Pedro, mártires

Después de morir, los cuerpos de los Santos fueron sepultados en la Vía Ardeatina, cerca del Cementerio de Domitila

Santos Marcelino y Pedro, mártires

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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La Santidad de vida de una persona arrastra a otros a seguir ese mismo camino. De ahí es de donde viene el testimonio. Hoy celebramos a los Santos Marcos y Marcelino, cuya vida supuso un estímulo y testimonio para otros que les contemplaban. Durante la persecución de Diocleciano, son descubiertos como cristianos, por lo que son arrojados a la prisión. En un intento de que abjuren de la Fe que profesan, van a visitarles sus propios padres quienes les persuaden de que los ídolos romanos son los verdaderos.

Sin embargo, la presencia en ese mismo lugar de Sebastián que estaba pronto a dar la vida, logra que ellos se mantengan firmes en el Señor Jesús, e incluso llega a convertir a los propios padres y algunos amigos congregados. Pero los detractores del cristianismo no lo pueden soportar y entonces conducen a ambos a presencia del Gobernador.

Cuando son presentados ante el juez, éste hace un nuevo intento en vano de inducirles a apostatar de lo que él llamaba una superstición. Pero viendo el Prefecto que no lograba nada, sino todo lo contrario, e incluso, el ejemplo de Marcos y Marcelino, cundía en otros, determinó que fuesen ajusticiados por ser traidores a los intereses del Imperio Romano.

Después de morir, los cuerpos de los Santos fueron sepultados en la Vía Ardeatina, cerca del Cementerio de Domitila. Posteriormente serían trasladados a la Iglesia de San Cosme y San Damián, siendo redescubiertas en 1583, durante el Pontificado de Gregorio XIII. En ese mismo lugar continúan, estando cerca de allí una pintura donde se les ve en compañía de la Virgen María. Son Patronos secundarios de la Archidiócesis de Mérida- Badajoz, desde el año 1699.